Arc. 6. Cap. VI: Guerra vampírica

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Desde hace ya bastantes siglos, mucho antes de que en los textos lo relataran, los vampiros se han visto envueltos en una situación bastante tensa. La lucha que el infame príncipe Drácula sostuvo contra la vampiresa Carmilla le fue legada a sus respectivos descendientes, y aunque fuesen más sensatos que sus ancestros reconociendo que una guerra entre ambas aristocracias resultaría en la aniquilación de toda la raza, su ética no fue lo suficientemente persuasiva como para convencerlos de dar por acabada la pugna por el control total, solo consiguió que ambas partes se mantuvieran al margen de la situación.

Si alguien le hubiese preguntado un mes atrás sobre qué sabía de la situación en las fronteras de Rumania, su respuesta habría sido vaga, quizá "un desacuerdo" le hubiera salido de la boca. Pero si la pregunta se la hubiesen hecho una semana atrás, él no habría contestado nada, porque ya no sabría qué responder.

Siete días atrás, Naruto recibió la noticia de que la familia Tepes se hizo con un Longino, y que eso incentivó a los aristócratas que gobernaban para lanzar una ofensiva masiva contra las fuerzas de los Carmilla, que sostenían sus posiciones en las fronteras húngaras con las rumanas. El único detalle faltante en el informe que recibió fue que no se mencionaba el nombre del Longino que los Tepes guardaban en su arsenal. Y precisamente por eso decidió indagar más, y en persona.

Actualmente se encontraba a un lado de su compañera peliplata, ambos escondidos bajo el follaje de un árbol que flanqueaba un sendero sin pavimentar entre las montañas al suroeste del territorio rumano, detrás del río Danubio, que separa Serbia y Rumania. El ambiente que rodeaba a ambos fugitivos era cuando menos soporífero, si no es que tedioso; pasaban de las dos de la madrugada y ninguno había dormido más de quince minutos.

—Fuuu... Hace frío. —Sopló aliento caliente a sus manos pálidas—¿Estás seguro que va a pasar por aquí? —preguntó ella, hace unos momentos estaba dormitando por el frío.

—Sí, estoy seguro —respondió—. ¿Y estás segura de que puedes hacer eso?

El plan que habían formulado era simple: esperaban a que el coche en el que estaba Azazel cruce frente a ellos para que Yukiko haga un hechizo que les permita oír lo que se decía en el interior de la carrocería.

—¿Dudas de mis habilidades? —lo interrogó.

—Estoy confiando ciegamente en ti —explicó—, es normal que tenga dude un poco.

Tuvieron que esperar unos minutos más para que los faros del vehículo alumbraran el sendero. La Lucifuge entonces apuntó ambas manos hacia el punto de origen de la luz, luego las alejó hacia los lados como si estuviera abriendo algo. Un círculo mágico con el logo de Lucifuge se materializó en el aire frente a ella. Después de unos ajustes que hizo, el círculo se achicó al tamaño de una pelota de tenis.

Al principio solo se oyeron ruidos confusos, como una especie de estática; luego de los ajustes, los dos pudieron oír la voz de Azazel, aunque todavía se oía de fondo una estática que opacaba la otra voz. La conclusión a la que llegó Yukiko fue que se trataba de una llamada por un círculo mágico.

Mientras ella se encargaba de interceptar la llamada, Naruto prestó atención a lo que decía el tipo.

—... ¿Cómo es posible que esté vivo? Se supone que murió hace siglos, Shemhazái —Azazel sonaba auténticamente inquieto mientras lo decía—. ¿Y qué hay del otro sujeto, el Lucifuge? ¿Sirzech se ha pronunciado al respecto? —Después de eso vino una larga pausa—. ¿Cómo que esa información es confidencial?, ¡y una mierda!, ¡dile a Sirzech que si no nos dice cómo carajos está ese tipo vivo me voy a hacer cargo personalmente de que lo investiguen por ocultarle información a la Alianza!

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora