DxD X: Consejo infernal

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El consejo del diablo estaban sentados en la habitación de reuniones, que más bien parecía una enorme sala de guerra que una sala de conferencias. En el centro de la enorme habitación había una gran y redonda mesa que tenía un detallado mapa de todas y cada una de las regiones del inframundo, sobre aquel amplio y detallado mapa había piezas con tallados de cada clan y con las iniciales de varios demonios de alto rango, lo más probable es que se tratasen de piezas que representasen a cada uno de los séquitos de los ahí reunidos; alrededor de la gran mesa había un total de treinta y dos de escritorios de madera esparcidas en toda la sala y en torno a la gran mesa redonda. Cada escritorio tenía detrás dos sillas de madera, y en cada tablero había tallado una insignia de uno de los treinta y dos clanes de demonios restantes. Todos los ahí presentes se encontraban en un tenso silencio sepulcral.

Cada lord y lady de clan se encontraban en sus respectivos asientos; de pie junto a los líderes de clan se encontraban los comandantes militares de cada clan, todos exceptuando a la familia Gremory y Belial.¹ Todos en la reunión mantenían silencio hasta que los regentes del inframundo llegasen al lugar de reunión para discutir la situación que se estaba viviendo en el inframundo.

En ese momento las enormes puertas de madera que conectaban un largo pasillo con la sala de reuniones se abrieron, revelando seis figuras: cinco de ellas todos los presentes identificaron;² pero la sexta figura ninguno, exceptuando a los Gremory, logró reconocer. Se trataba de una bella mujer con la apariencia de una joven de 16 o 17 años, cabello largo y rojo atado en dos coletas con moños negros, un hermoso vestido rojo vino cubría su cuerpo, y sobre este llevaba puesto una capa negra; sus ojos eran de un muy llamativo color rosado que destellaba con puerilidad. Todos los presentes se encontraban entre confundidos y sorprendidos, ya que al fin habían reconocido a aquella dama que acompañaba a los gobernantes del inframundo. La primera en expresar sus sorpresa y confusión fue Venelana Gremory, anteriormente Bael.

—Runeas-sama.

La ahora identificada como Runeas Gremory, bisabuela de Zeoticus y fundadora de la noble casa Gremory, sonrió al ver a Venelana y a su bisnieto sentados juntos tras un escritorio.

—¡Venelana-chan! ¡Zeoticus-chan! ¡Cuánto tiempo!

En ese momento la sala enloqueció. ¡¿Cómo era posible que la fundadora del clan Gremory se encontrara en la misma sala que ellos si ella se había criogenizado a sí misma?!  Los gritos de sorpresa en la habitación no se hicieron esperar, la presentes observaban con incredulidad a la recién llegada, ignorando por completo a los demás ingresados. Sirzech, para calmar a todos los reunidos en el pandemónium de altos mandos del ébero, alzó la voz:

—¡Silencio!

La voz de Sirzech resonó en toda la habitación, callando a todos al instante. Ese había sido un pequeño truco que había aprendido de Naruto hace años: usar el chakra, o en este caso magia, para reforzar las cuerdas bocales y así aumentar la potencia de la voz. Sirzech tomó asiento en la meda redonda junto a los demás regentes del averno. Todos prestaron atención cuando

—Todos han sido convocados aquí por una sola razón, la cual yo conocen —inició Sirzech con un tono calmado pero firme. Su introducción fue recibida por varios asentimientos de las cabezas de clan y sus jefes militares—. El inframundo está bajo ataque —anunció con seriedad, borrando la calma que en su voz se transmitía hace unos momentos.

Los murmullos no se hicieron esperar en la habitación del consejo; el ambiente se volvió mucho más tenso que antes. No obstante, Sirzech mantuvo la calma y elevó un poco su aura demoniaca para silenciar a todos.

—Estamos viviendo un ataque por parte de las fuerzas aliadas de la facción de héroes con el rey y dios de los muertos Hades. Al parecer formaron una alianza previa, no solo para realizar este ataque, sino que también para realizar otros movimientos como el incidente ocurrido en las vegas hace no muchas semanas³ —declaró el pelirrojo con calma. La sala volvió a estallar en murmullos, molestando al 'Maou' carmesí.

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora