Arc. 2. Cap. I: Sojobo, Rey y dios tengu

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Naruto estaba caminando por las calles de Kioto, suprimiendo su aura al mínimo para no ser detectado por ningún yōkai, ya que eso seguramente le traería problemas.

El azabache se metió a un callejón en medio de dos tiendas, una de tofu y otra de té; una vez se aseguró de que nadie lo haya visto o seguido, procedió a crear dos clones de sombra.

Poof, Poof

-Muy bien, tu investigas en el templo Kurama-dera -Naruto señaló a uno de los clones, el clon solo asintió -. Y tú... -señaló al otro clon -mantén vigilada a Yasaka-hime -El clon asintió -. Bien, dispersión -Los tres pelinegros desaparecieron en borrones de velocidad; habían sentido varias presencias acercarse a ellos, no eran yōkais, pero no estaba dispuestos a averiguar que eran.

......

Había transcurrido un día desde que Naruto había enviado a sus clones a explorar el templo y vigilar a la líder yōkai de Kioto. Hace unas horas, el clon que había sido enviado a investigar el templo Kurama-dera se había disipado, haciendo que todos los recuerdos de su clon llegaran a su cerebro. Actualmente, Naruto está de pie frente a la entrada del santuario, debía admitir que el santuario era realmente increíble; aunque ignorando su admiración hacia la arquitectura del santuario, decidió entrar.

Una vez en el interior del santuario no vio nada, no fue hasta que sintió una ligera, y casi imperceptible, cantidad de aura provenir desde una de las esquinas de la habitación, más específicamente, desde el suelo debajo del tatami.

«Pero, ¿Qué...?», Naruto caminó hasta donde sentía que provenía el aura, se agachó y comenzó a golpear los paneles de paja hasta que el sonido fue hueco. «Aquí», Naruto, manipulando su cuerpo con ayuda del senjutsu, hizo que su uña índice se alargara como una garra de animal. Lenta y delicadamente, Naruto cortó el panel de paja por los bordes. Una vez terminó, Naruto retrajo su uña y retiró el panel de tatami del suelo revelando unas escaleras que descendían hasta quién sabe dónde. Naruto comenzó a bajar las escaleras hasta que llegó a una habitación de gran tamaño, llena de polvo y telarañas, pero lo que llamó la atención del azabache fue una piedra que había al final de la habitación: la piedra tenía una inscripción tallada en su cara frontal; además de que el la pared detrás de la piedra había dos figuras talladas: uno era un plenilunio y el otro era un sol, ambos en lados opuestos.

Avanzó hasta la hasta la piedra y leyó la inscripción tallada:

De noche, la bestia sale de su cueva y aúlla al cielo oscuro

Cuando la luna está en el epítome de su gracia, el sol palidece ante su poder y belleza

Cuando el sol se oculta y abre paso a las tinieblas, la bestia se libera de su prisión y su aullido es temido hasta por los cinco dioses de la creación.

Cuando la bestia se libera, la desdicha y destrucción a su paso lleva. El reino de los dioses perecerá ante su garra y aullido.

Naruto leyó el texto que había tallado en la piedra, su vista se centró en la pintura del plenilunio que había en la pared.

«"El epítome de su gracia" ... ¡Luna llena!», Naruto abrió sus ojos al entender lo que quería decir el texto, entones su vista volvió al grabado y comenzó a leerlo de nuevo. «"El sol palidece ante su belleza y poder" ...El sol representa a Amaterasu, obviamente; la luna a Tsukuyomi...entonces la bestia es el kyūbi», pero había una frase que no paraba de resonar en su cabeza, «. "De noche las bestias salen" ...Eso puede significar que solo en una noche de luna llena se puede liberar el sello que retiene al kyūbi...La próxima luna llena es dentro de tres semanas. Bueno, supongo que deberé esperar hasta entonces...», pensó antes de salir de la habitación. Cuando el azabache salió colocó el pedazo de tatami en su lugar para ocultar la entrada a aquella habitación.

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora