Como había planeado ayer, lo primero que hizo al despertarse fue levantarse y caminar directo a la ducha. Se sentía todo pegajoso por el sudor y esperma secos, además de que el hedor que percibía de sí le quemaba la nariz de lo asqueroso que era. Se suponía que el agua fría lo tenía que ayudar a quitarse el cansancio de encima, pero no fue así; de hecho, ahora mismo se sentía más cansado de lo normal. Había intentado comunicarse con Kurama, pero el saco de pulgas seguía dormido.
Suspiró mirando abajo mientras se apoyaba contra la pared debajo de la regadera. «¿Qué debería hacer?», se preguntó. No tenía contemplado ningún plan por el momento, y para ser honesto no tenía ganas de pensar en ninguno a estas horas, pero presintió que pronto tendría que salir de aquí. Tenía el presentimiento de que algo malo iba a ocurrir. «Mierda... ¿Uno no puede estar tranquilo ni siquiera un día?», estaba cansado de huir, pero no era opción no hacerlo. Si lo atrapaban, era seguro que lo condenarían a muerte.
—¿En qué piensas?
Volteó para ver a Ophis, que todavía estaba desnuda. ¿En qué momento entró que ni se dio cuenta?
—En nada —contestó, optando mejor por ignorar cómo se había la mujer a la regadera—. No tengo la menor idea de por qué, pero presiento que algo está por ocurrir, así que debo planear algo.
—¿Y en qué ayudan esos planes si no conoces lo que aseguras podría ocurrir? —no dudó en cuestionarlo. Ella no buscaba criticarlo, solo no quería verlo preocupado.
Naruto quedó en silencio, la pregunta de la dragona le hizo entender que estaba siendo demasiado paranoico. Entonces mejor cambió de tema.
—¿Cuándo te despertaste?
—Yo no necesito dormir.
«Estúpido», se dijo a sí mismo. La pregunta había sido tonta. Él ya sabía que Ophis no dormía. «Te estás comportando como un idiota, Naruto», otra vez se habló a él. «¿Eh?». Sintió dos bultos tocar su espalda y presionarse contra ella; además de la sensación de que dos serpientes se deslizaban a por los lados y en frente de su torso.
—¿Ophis? —la interrogó.
La mujer tarareó un «¿qué?» mientras dirigía sus manos hacia el pene del azabache. Por debajo de sus axilas pudo ver que se estaba levantando poco a poco. Sonrió cuando comenzó a estimularlo.
—Deja que te ayude —le susurró al oído casi pegando los labios a su oreja.
—Ophis... —gruñó el nombre de la diosa.
Su pene todavía estaba sensible. Curvó el torso hacia adelante para descansar los altos de su cabeza en la pared donde está pegada la regadera. De pronto ella se puso a jugar con sus bolas sin dejar de masturbarlo. ¿En qué momento la dragona se había vuelto tan hábil con las manos?
A este rito no podría hacer nada más que venirse.
—¿Oh?, ¿qué haces?
Viéndola a los ojos supo que no estaba sorprendida en lo absoluto, de hecho, lo estaba viendo con una mirada y sonrisa alegres. ¿Estaba bromando con él o qué? ¿Si quiera lo estaba tomando en serio? Esas preguntas en su cabeza hirieron su orgullo.
—Te estás divirtiendo, ¿eh? —le preguntó. Antes de que ella respondiera, le dio una bofetada en el trasero. Eso la hizo soltar un chillido—. ¿Te parece si yo también me divierto?
Reflexionando sobre lo que acababa de decir, no pudo evitar relacionarlo con una pregunta típica de una porno; pensándolo bien, la situación entera parecía la de una porno de internet. «¿A quién le importa?», dijo en su cabeza. Luego dio un apretón al trasero de Ophis, tan suave y firme a la vez, era un deleite al tacto y a la vista; deslizó las manos desde las nalgas de la morena por su cintura y sus pechos. Al llegar a ellos les un apretón, eso lo hizo ganador a un gemido de la mujer.
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Naruto: Akuma no Neko
FanfictionDescargo de responsabilidad: no soy dueño de Naruto o Highschool DxD, cada obra a sus respectivos autores: Masashi Kishimoto e Ichiei Ishibumi, respectivamente. Cabe destacar que esta historia, o en este caso, este fanfic, es de mi propia creación. ...