¿Estaba soñando? ¡Ojalá!, porque la última media hora ha sido tan surreal que juraría que esto no era más que un sueño, además de que su cabeza se siente extrañamente ligera, como si estuviera suspendida sobre una almohada; pero todo se siente tan real. Es consciente del entorno, puede pensar y no solo seguir un guion tejido por su cerebro en reposo. ¿Un sueño lúcido quizá? Cómo le gustaría que fuese así. No importa cuánto se invente ni se convenza de que está durmiendo, nada cambiará el hecho de que todo lo que ha sucedido en los últimos treinta minutos es real. Embarazó a Yukiko. La cagó horrible. ¡No está listo para tener un hijo! ¡¿Por qué carajos creyó que no pasaría nada si no usaba condón?! Bueno, no estaba en sus cinco sentidos en ese momento, pero ¿cómo no se le ocurrió preguntar los ingredientes de la bebida esa, tenía un nombre muy sospechoso? Ahí si era completamente culpable.
Naruto levanta la vista para dejar de ver la varita de plástico que en silencio se burla de él. Casi que la arrojó sobre la mesita de dormir frente a él. No quería verla nunca jamás. Por la vergüenza, la rabia y la impotencia que se mezcla en sus entrañas se cubre el rostro y gime desde lo hondo de su garganta con amargura. Todo esto le deja un sabor bastante acre. «Ya arruiné todo». Por su estupidez perjudicó a la chica y se arruinaron todos sus planes. ¿Ahora qué se supone que haga? ¿Criar a un bebé? ¡¿Cómo se supone que lo haga?!
—No es por consolarte —Kurama de pronto interviene en los pensamientos pesimistas del azabache—, pero no creo que la muchacha esté enfadada contigo. Quizá solo está en shock porque ahora tiene a un bebé en el vientre. Dale tiempo, no te estreses.
«¿Eso crees?». Él alza la mirada para ver a la chica. Ella está dormida en la única cama de la habitación. Se concentra en leer su semblante: está tranquila, pero todavía tiene rastros —el contorno de los párpados un poco inflamado, ríos secos de lágrimas en sus mejillas, etc.— que delataban que había estado llorando por un buen rato. Naruto siente que de pronto una culpa pesada le llena el estómago. Desvía con vergüenza la mirada para no verle la cara. Por cada segundo el sentimiento se intensificaba. «¿Ahora qué? ¿Qué se supone que deba hacer? No creo poder con la responsabilidad de ser padre», piensa, agobiado por el futuro incierto.
En el cuarto solo se oyen la respiración de la chica, el eco que deja el tictac del reloj colgado a un lado de la puerta del baño, y los latidos todavía intranquilos de su corazón, de los cuales uno lo oye en su pecho y el otro en sus oídos (extraño, ¿no?). No hay nada con lo que distraerse. Está solo, acompañado únicamente de su terrible culpa. Siente que tiembla, pero su cuerpo permanece inmóvil; que el mundo se le derrumba encima, pero todo sigue igual, nada se cae en pedazos ni parece querer hacerlo; todo lo siente como si fuera un sueño, pero todo es tan real. Inevitablemente se pone a divagar. ¿Acaso esto era una especie de castigo divino o algo así? Quizá fue porque logró frenar la enfermedad esa que lo aquejaba desde hacía tiempo. ¡Puta madre!, ¿acaso siempre tiene que estarla cague y cague? ¡Siempre es lo mismo! ¡Siempre lo arruina todo! ¡Lo arruinó cuando eligió traicionar a su familia, cuando se confió en que podía controlar su odio y resentimiento y por eso terminó asesinando a Jiraya! ¡Y ahora esto! ¡Carajo! ¿¡Acaso no puede hacer ni una puta cosa bien?!
—Pues solo tienes dos opciones: o te hacer responsable, o te haces el tonto. ¿Así que qué vas a hacer?
Naruto siente que la cabeza le palpita. La presión constante de tomar una de las dos opciones es agobiante. Está era y sería el momento más importante de su vida: ¿aceptaría la responsabilidad de ser padre o no? Cada que en su cabeza le añade un nuevo hilo a la telaraña de pensamientos que se había empezado a tejer en ella siente como si un martillo le golpeara desde adentro hacia afuera. ¿Qué va a hacer?, se repite la pregunta. ¿Huir? Por un lado, ser padre no está en sus planes, sí le llegó a cruzar por la mente esa idea, pero solo fue un pensamiento fugaz. Entonces..., ¿debería... dejarla? ¿Eh?, ¡no!, ¡¿que carajos está pensando?! Ella ahora está embarazada por su culpa, no puede dejarla sola...; aunque, parece que ella tampoco quiere ser madre. ¿Debería convencerla de abortar? (Otra vez al dilema de la doble moral). Pero ¿y si Kurama tenía razón con que ella solo está en un shock?; ¿y si ella no quería abortar?; ¿y si quería quedarse al bebé? ¿Qué haría él?
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Naruto: Akuma no Neko
FanfictionDescargo de responsabilidad: no soy dueño de Naruto o Highschool DxD, cada obra a sus respectivos autores: Masashi Kishimoto e Ichiei Ishibumi, respectivamente. Cabe destacar que esta historia, o en este caso, este fanfic, es de mi propia creación. ...