Epílogo

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Habían transcurrido un tiempo desde que el atentado del antiguo heredero de Astaroth, Diodora Astaroth, junto con la ayuda de la Khaos Brigade, en contra de la heredera Gremory, Rias Gremory, y su séquito. Debido a las acciones de Diodora, el clan Astaroth perdió una gran parte de su prestigio en la sociedad del diablo, aunque con la influencia de Ajuka Beelzebub, anterior heredero de la casa Astaroth, se logró regularizar un poco la situación.

En Japón, más concretamente, en un bosque cerca de la ciudad de Ise; un joven apuesto de cabello negro, ojos azul cielo y curiosas marcas en forma de bigotes. Vestía con una gabardina negra y una camisa blanca a juego con unos pantalones naranjas y unas botas sin dedos, color negro. Aquel joven apuesto pelinegro era Naruto.

El azabache continuó caminando entre los árboles hasta que llegó a su destino. «Al fin..., el Gran Santuario de Ise». Frente a Naruto se encontraba el santuario más importante para todos los seguidores del sintoísmo, el santuario en veneración a la diosa del sol, Amaterasu-Okami. El importante santuario se componía por dos santuarios principales: el Santuario Interior, también llamado como "Naiku"; y el Santuario Exterior, "Gekū". Los cuales están relacionados con otros 125 templos más. Aunque esos dos son los más relevantes, siendo el Santuario Naiku el más importante.

Los humanos tienen estrictamente prohibido el paso a cualquiera de ambos templos, pero sí tienen acceso a los templos subordinados. Muchos creen que esta ley fue impuesta porque es un lugar sagrado, pero... ¿realmente fue por eso? La verdad detrás de aquella ley se remonta hasta el año 6 a.c. Durante una noche de primavera en aquel año, la diosa Amaterasu-Okami, hizo una visita a la hija del Emperador Suinin, Yamatohime-no-mikoto; durante aquella visita nocturna, la diosa del sol ordenó a la joven princesa el construir dos santuarios, de los cuales uno escondiería una enorme biblioteca debajo, la cual sería de uso exclusivo para la diosa del sol. La princesa, con miedo de hacer enojar a la diosa, aceptó. Al día siguiente, la princesa llegó corriendo a la posada de su padre, gritando y anunciando la visita que había tenido la noche anterior. Ante tal importante noticia, el Emperador Suinin ordenó a cientos de sus seguidores el construir dos santuarios, aunque no les dio el porqué de construir ambos templos. Tiempo después, cuando la construcción de ambos santuarios terminó, la diosa del sol volvió a visitar a la princesa; la felicitó por haber cumplido lo encomendado y la premió con ser ascendida a una deidad cuando su tiempo de vida culminara.

En aquel contexto, Naruto había decidido irrumpir en el Santuario Naiku para acceder a la biblioteca personal de la diosa shintō del sol; si llegaba a poseer la mitad de la información que ofrecían los pergaminos del templo, Naruto estaba seguro de que podría asesinar a una gran cantidad de Kamis. Aunque, había un 'pequeño-gran' inconveniente: el templo era totalmente protegido por "los caballos de Amaterasu". Estos no eran caballos comunes y corrientes, estos habían sido bendecidos por Amaterasu, la cual les otorgó gran belleza y los dotó con una hermosa melena hecha de llamas; aunque estas no eran visibles para los humanos, solo los seres sobrenaturales podían percibirlas y verlas.

Naruto saltó la enorme valla que aislaba el templo. Una vez aterrizó en el interior del recinto, Naruto se ocultó entre las sombras para evitar ser visto por cualquiera de los caballos.

El azabache se escabulló en la oscuridad hasta que llegó frente a las puertas del santuario. Asegurándose se no hacer ruido alguno, Naruto deslizó con lentitud la puerta del templo y la cerró con la misma cautela. Naruto se dio la vuelta notando la sala en la que estaba: era de un tamaño normal, lo único que había en la pequeña habitación era una estatua de una bella mujer la cual tenía un sol en su espalda. «Siento una gran concentración de chakra provenir de esa estatua...», Naruto caminó hacia la mujer tallada en piedra y la miró con intensidad. «Aquí...», el azabache colocó su mano en el pecho de la mujer y envió una poderosa onda de chakra por toda la estatua.

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora