Naruto: Akuma no Neko

DxD VI: ¿Ouroboros? ¿Pendragón? Y... ¿Kuroka-san?

Ya era de día. Mientras me dirigía hacia la puerta de mi hogar, mi corazón latía tan rápido desde que el timbre había sonado, tanto que sentía que iba a explotar. Hoy era el día en el que la persona de la que nos habló Sensei de día de ayer. Abrí la puerta que daba al interior de mi hogar y quedé delante de una chica delgada que vestía con un vestido de tipo lolita gótica de color negro.

Un segundo... Yo conozco a esa chica. No... ¡No hay manera en el infierno que pudiese olvidarla! ¡No la hay! La chica delante de mí abrió su boca y exhaló una frase con total calma.

—Ha pasado tiempo, Ddraig.

¡Retrocedí un paso, evidentemente sorprendido, y la señalé con un dedo mientras gritaba!

—¡¿Ophis?!

Mi grito fue tal, que hizo eco por toda la casa. ¡¿Cómo puede ser esto posible?! No me puedo ni expresar bien por la sorpresa que esta revelación me generó. ¡Lo que dijo Sensei no era broma, para nada! ¡Este encuentro podría destruir el cielo y el infierno! Todos los que estaban en la entrada de mi casa entraron en sus posturas de batalla. Yo también hice lo hice e invoqué mi apareciera para comenzar la cuenta regresiva para el Balance Breaker. ¿En serio iba a atacarla? ¡Obvio que sí! ¡Ella es la jefa de la maldita Khaos Brigade! Pero, si ella es un ser de poder infinito y supuestamente invencible, ¿por qué está en la residencia Hyoudou? ¿Acaso mi casa es tan famosa? En esta situación tan tensa, Sensei se interpuso entre ambas partes y habló hacia nosotros.

—¡Hey, hey, hey! ¡Se los dije ayer! ¡No sean hostiles, no importa quién venga! ¡Así que no la ataquen! Ella tampoco lo hará. A parte, incluso si luchamos todos juntos nunca podremos vencerla.

—¡Azazel! —Rias, enfurecida por las palabras de Azazel-Sensei, le recriminó—, ¡Esto es absurdo! ¡Ese dragón es el jefe de la Khaos Brigade, el grupo terrorista que ha dañado a todas las facciones en el mundo! ¿Por qué la has traído aquí? ¿Acaso estás engañando a mi hermano y a Michael-sama? ¿Por qué lo harías?

Rias dice lo correcto. Esta ciudad es el lugar en donde el cielo y el inframundo hicieron las acciones de cooperación y también es el lugar utilizado para negociar con otras facciones. Pero, si ella está aquí, en esta ciudad, en este lugar, significa que los líderes sabían de esta visita, ¿verdad? Al voltear a ver a Irina supe por su rostro sorprendido que ella no había sido informada por parte del cielo de la llegada de Ophis. Al igual que Irina, nosotros no recibimos aviso previo por parte de los demonios. Si una persona del nivel de Ophis iba a venir a aquí, Sirzech-sama nos lo hubiera dicho de inmediato. Pero no sucedió. Entonces se podría decir que Sensei hizo que Ophis visitara la residencia Hyoudou sin informarle ni a Sirzech-sama, ni a Michael-san... ¡Espera un momento! Antes de que pudiera expresar mi descubrimiento, Rias se me adelantó.

—¡Estás rompiendo las reglas de la alianza, Azazel! ¡Esto es algo que los ángeles caído no pueden infringir, incluso si fueran a ser juzgados por los Reyes Demonio y el líder de lo ángeles, Michael! Pero ¿por qué alguien como tú, que ha estado hablando acerca de alianzas para la paz, haces algo como esto? —Rias estaba por seguir hablando y reprendiendo a Azael, pero se detiene ante de hacerlo. A continuación, inhala y suspira—. Eres tú quien ha hablado de alianzas. Así que has decidido que esta visita de Ophis tiene un gran valor, tanto que arriesgas tu posición como líder de los caídos para ello, ¿correcto?

Rias dijo eso como conclusión. Ella tiene razón... No hay ninguna razón para dudar de Sensei ahora. Esta persona era sospechosa y parecía ser un enemigo cuando lo conocí. Pero resulta que ahora es el gobernador de los ángeles caídos, podemos confiarle todo a él desde lo profundo de nuestros corazones. Superamos desastres gracias a esta persona. No hay manera en el infierno en la que él nos traicionase ya que siempre se preocupa por nosotros. Esa fue mi conclusión, y al parecer también lo fue para Rias, solo que, a diferencia de mí, que me llenaba de alegría todos esos recuerdos, a ella la llenaba de ira.