Arc. 6 Cap. III: Ver con ojos nuevos

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Su espacio mental era más que solo un cuarto de calderas con un zorro enorme y gruñón que solo se dedicaba a dormir y a gruñirle, y eso lo sabía muy bien. Caminando por los pasillos inundados con agua que le llegaba hasta los tobillos, Naruto se impresionaba de lo grande que resultó ser.

«Kurama, ¿todavía sientes esa energía?», esa era la razón por la que se adentró al laberinto oscuro e inundado que rodeaba el cuarto de calderas.

Sí, ya casi llegas, está a unos cuantos metros de tu posición.

«Hay un problema: ya no queda pasillo para avanzar, solo para ir a los lados».

Si hay un pasillo que te lleve por tu derecha, ve por ahí.

El azabache siguió por la dirección que Kurama le había dicho hasta ver un punto blanco a penas visible en la oscuridad. Entonces el punto de comenzó a alejar, alertándolo.

¡Se está alejando!

Naruto comenzó una persecución con aquel punto brilloso que había divisado. Cada vez que sentía que se acercaba, el punto se alejaba de nuevo. En un momento Naruto se detuvo: había llegado al final del pasillo y ya no había otro lugar al que ir.

¡¿Qué te sucede?! ¡Se está alejando!

—¡Ya no hay camino!

Grrr... —lo escuchó gruñir—. Regresa aquí, ya perdí el rastro.

En ese momento sintió que el enlace se cortó. Ya no se podía comunicar con el saco de pulgas.

—¿Qué mierda?

Naruto juntó los párpados y se concentró, pero no obtuvo nada.

Resignándose se comenzó a alejar, pero en eso notó que había un pasillo que no había visto se abría por una de las parades. Curioso por lo que podía ocultar, se asomó para ver a dónde llevaba. Descubrió que el pasillo conectaba con una puerta totalmente bañada en luz.

A medida que se acercaba al muro brillante, los gases que desprendía el agua de alcantarillado se dejaron de sentir, ahora solo una brisa fresca soplaba a su alrededor. Se detuvo justo frente al muro de luz para apreciarlo, curiosamente no sentía que el brillo quemara sus retinas.

—Aún no es momento.

El viento le sopló al oído con una voz difícil de distinguir si era de un hombre o de una mujer, o quizá de ambos. Lo único que sí distinguió fue la sensación de ser arrastrado en el aire. El muro se vio cada vez más diminuto, en esos momentos no se cuestionó cómo era posible que se estuviera alejando tanto sin chocar con nada, lo único que se le venía a la mente era qué había sido esa voz y qué lo estaba alejando de aquella puerta.

Mirando por encima del hombro, Naruto se confundió todavía más. Vio la espalda de un hombre castaño, él lo tenía agarrado del cuello de la camisa y lo estaba alejando a todas prisas de la puerta. Desconcertado por lo que estaba ocurriendo, lo empezó a cuestionar. Él sujeto parecía sordo pues no se perturbó por ninguna de las preguntas que le hizo. Frunciendo el ceño, Naruto estiró su mano para empujarlo lejos de él, sin embargo, sus manos se quedaron cortas, literalmente.

«¿Qué carajos?», ¿sus manos...se encogieron? ¿Cómo era esto posible? Volvió su mirada al hombre y de nuevo hizo llover preguntas, pero, de nuevo, el sujeto ni se inmutó. ¿Acaso no entendía lo que le estaba diciendo?, se preguntó mientras repasaba en su cabeza cada letra y palabra que había dicho. Una vez más lo intentó, y entonces se dio cuenta de que sus palabras no concordaban con lo que quería decir, por cada palabra que pretendía expresar, solo salía de su boca... "mamá".

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora