Arc. 4. Cap. I: ¡La invasión comienza! ¡Runeas Gremory!

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En el cielo sobre el territorio de la casa de demonio Gremory, un muy pequeño agujero negro de la circunferencia de una pelota de tenis se creó en el espacio. El hoyo negro comenzó a ampliarse hasta que ganó el tamaño como para tragar a una persona adulta sin esfuerzo. De la oscuridad del horado espacial se asomó la parte superior del cuerpo de Naruto, el cual tenía su mirada fija sobre la metrópoli debajo de él. El territorio Gremory era una unión de varias ciudades, siendo la metrópoli principal una amplia ciudad que desde el cielo aparenta como un octágono regular de, aproximadamente, treira y dos mil kilómetros cuadrados; del cual otras ciudades más pequeñas se unen a la metrópoli principal por medio de vías de trenes bala en los vértices de esta. La suma total de habitantes en el territorio de Gremory era de más de veintiséis mil millones de demonios, soldados y civiles.

—¿Estás listo, Kurama? —Naruto habló al aire. Su respuesta llegó en la forma de una profunda y gruesa carcajada que retumbó en los profundos y oscuros rincones de su mente. Después de que las risas se apagaran, una voz, igualmente gruesa que las carcajadas, habló.

Siempre lo estoy, Gaki —respondió la voz que, incluso si Naruto no podía verlo, sabía que el zorro de nueve apéndices que tenía como inquilino en su cuerpo estaba sonriendo ampliamente, tanto que sus colmilludos dientes se mostraban.

El portal entre dimensiones comenzó a cerrarse. Antes de que esto sucediera, Naruto se inclinó hacia adelante hasta que cayó del portal. Mientras caía del cielo, Naruto mordió el pulgar de su mano izquierda, extrayendo una pequeña cantidad de sangre que usó para dibujar una línea a lo largo de su palma derecha. A medida que seguía cayendo hacia el suelo, unió sus manos y con ellas trazó una rápida secuencia de sellos manuales para posteriormente apuntar al suelo con la mano en la que había dibujado con su sangre.

Un amplio calidoscopio, compuesto por una infinidad de caracteres de una mezcla entre sangre y tinta, se formó debajo de él. Antes de impactar en el suelo, exclamó.

¡Kuchiyose! (Invocación)

Un gran cortina hecha de polvo y escombros se formó en el área sur de la metrópoli principal del territorio de Gremory, producto de que una enorme mancha anaranjada cayera desde el cielo e impactase en el suelo. Una gran cantidad de edificios y negocios fueron desprendidos del suelo junto con una gran cantidad de transeúntes. Desde el interior de la cortina gigante de humo, una silueta igualmente gigantesca se movía en su interior. Nueve confusas pero gigantes sombras alargadas se movían en su interior, ondeando en el humo y viento.

El inframundo... Años que no venía hasta aquí... Ciertamente ha cambiado mucho desde la última vez que lo visité —La voz que había resonado en la cabeza de Naruto se oyó desde dentro del pilar de suciedad que se comenzaba a dispersar, dejando ver confusamente una gran mancha anaranjada que estaba en el centro.

—Dime, Kurama —Naruto dijo desde el interior del humo—, ¿odias a los demonios?

No, no los odio —respondió la gruesa y oscura voz, la cual pertenecía al mencionado como Kurama—. Pero, les guardo un gran rencor por algo que sucedió hace ya un par de siglos antes de mi sellamiento. Más o menos durante la época de la Gran Guerra Bíblica.

—Perfecto, espero que disfrutes lo que te voy a decir: causa la mayor destrucción posible en el lugar y asesina a todo lo que veas. No importa si son magos o Grim Reapers, no dejes a ninguno con vida —espetó Naruto. La suciedad estaba a punto de disiparse. La gran voz retumbó desde el humo en una sonora carcajada.

¡Claro que lo haré!

El lugar quedó en silencio. El polvo estaba justo por diseminarse en la atmósfera, pero un potente rugido alteró el viento y lo volvió más violento.

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora