Capítulo X: Visita inesperada

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El inframundo…

Muchos pensarían que el inframundo es como lo describen las distintas mitologías: un lugar horrible y lleno de gritos de agonía…, y en parte es que es cierto; ya que sitios como el purgatorio, el inframundo griego, el limbo, el malebolge y el cocito son reales. Pero el inframundo en sí, no es como es descrito en los distintos folclores y mitologías.

El inframundo real tiene el mismo aspecto y casi el mismo tamaño que el mundo humano; solo que posee una masa terrestre mayor: ya que no tiene océanos. Solo pequeños lagos y ríos. Después de lo sucedido en la Gran Guerra de las 3 Facciones, el inframundo fue dividido en dos partes: la primera parte del inframundo se les fue otorgada a los ángeles caídos, mientras que el territorio restante a los demonios.

—Aquí Arai —una voz joven se escucha a través de un auricular Walkie–talkie—. Un sujeto con capa se acerca a su posición, sargento. Cambio.

—Al fin tenemos a ese hijo de puta —la voz de un hombre adulto habló con alegría.
Caminando por una calle vacía, un hombre con capa caminaba en dirección de un pequeño hotel. Deteniéndose abruptamente, el sujeto encapuchado miró fijamente el hotel por unos segundos antes de darse la vuelta.

—Cambió de dirección. Ahora va hacia el norte.

La voz de Arai se volvió a escuchar por el auricular.

—Maldición, tal ve nos detectó…O quizá…

—¡Tenemos que ir tras él! ¡No podemos dejar que escape!

—Si…, no podemos dejarlo huir…
Un hombre habló.

—¿Qué debemos hacer, sargento? —Arai preguntó a su superior.

La radio estuvo en silencio por unos segundos hasta que la voz de un hombre adulto respondió.

—Si, estoy de acuerdo —respondió el sargento —Baru, no quiero que lo pierdas de vista, ¿Me oíste?

Sobrevolando el territorio Gremory, un joven de cabello gris ceniza con dos alas de murciélago saliendo de su espalda, veía los movimientos del encapuchado con atención.

—Cuente conmigo —respondió a su sargento —. Un momento —entrecerró sus ojos al ver como el encapuchado cambiaba de dirección —, entró a un callejón… ¡Se dirige a la calle principal! ¡Planea mezclarse entre los civiles!

—Mierda… —murmuró un hombre alto y de unos treinta y siete años; este era el sargento del grupo —, ¡Aceleren el paso!

Entrando por el callejón en el que el sujeto de capa había entrado, el sargento salió del callejón llegando a una concurrida calle.

—Maldición… —gimió mientras veía a todas direcciones —, ¿Baru, ves algo?

—Negativo…

—¿Arai?

—Negativo…

—¡Agh!… ¡Puta madre! ¡Llevamos más de dos meses preparando esta redada, solo para que ese infeliz escape como si nada! —gritó el sargento con enojo.

—¿Qué está sucediendo, sargento Jakō?
La voz de un hombre joven se escuchó frente a el sargento. Alzando su cabeza, Jakō pudo ver a un hombre alto, cabello verde peinado hacia atrás y lentes, de pie frente a él.

—¡Ajuka-sama! —exclamó sorprendido.

—Hola… —saludó el mencionado.

……

Ya veo…Así que escapó —murmuró Ajuka después de escuchar lo dicho por el sargento.

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora