DxD: El engendro

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¡Eureka!, ¡lo conseguí! ¡Ja, ja, ja!, parece que Dios no era el único capaz de crear vida. Dentro de esa cápsula de cristal está el arma final, el arma que me dará la ventaja sobre todos... Sin embargo, aún no está completa, y es muy inestable.

Ahora hay dos Ophis en el mundo, dos seres capaces de matar a cualquier dios.

—Mi señor, lamento molestarlo, pero ¿de casualidad planea darle un nombre al experimento?

Muy buena pregunta, Paimon. ¿Qué nombre le daré a este engendro?

—Lilith, así se llamará.

—¿Como su madre, mi señor?

—¿Algún problema con eso?

—¡Para nada, mi señor! Es una gran elección. Así como su madre, estoy seguro de que lo protegerá de cualquier cosa.

—Paimon, te voy a decir una cosa: deja de hablar de la puta de mi madre y mejor lárgate a hacer tus investigaciones.

—¡Sí, mi señor! Eh... Le informaré sobre cualquier cosa.

Ese puto escuálido demierda sí que es molesto. ¿Dónde carajo se metió Euclid? Se suponía que éldebería haber venido aquí en mi lugar. ¿Por qué se tarda tanto? Se supone quesolo iba a asustar a esos mierdecillas y se iba a regresar.

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora