Arc. 4. Cap. IX: Súper demonios I

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¿Cómo era que habían acabado así? ¿En qué momento las Moiras tejieron el escenario que en estos momentos estaba viviendo? Sirzech miraba a Naruto mientras se preguntaba el cómo fue que todo terminó así de mal. ¿Tan ensimismado estaba él que nunca notó la decadencia mental del azabache? Internamente se maldecía por ello.

En estos momentos, bajo los amarillentos dedos amarillentos del Sol invictus, la capital Lilith del inframundo no se encontraba en sus mejores momentos desde que había sido levantada dentro del último círculo del averno. La situación estaba por pasar de ser un ataque terrorista a volverse una declaración de guerra.

En el centro de la enorme ciudad capital, tras figuras imponentes se analizaban con la agudeza de un águila de Zeus Crónida. Dos de los tres pares de ojos miraban a los terceros, y estos les regresaban la mirada. En ese momento, el dueño de los ojos carmines anunció.

—Bien, terminemos esta charla —Comenzó, entonces, a trazar una corta secuencia de sellos, la cual cuando ambas palmas de las manos se pegaron y sus dedos se entrecruzaron—. ¡Mokuton hijutsu: Jukai kōtan! (Jutsu secreto del elemento madera: nacimiento de un mundo de árboles)

Un pulso colosal de energía viajó por debajo del suelo en un rango que abarcó gran parte de la capital del decimocuarto círculo del infierno. Cuando la inmensa corriente de chakra se esparció dentro de todo el perímetro previamente marcado, el suelo comenzó a estremecerse con altísima violencia, tanto que su endurecida piel comenzaba a resquebrajarse en grandes porciones. Fue entonces que de las grietas brotaron, como si de erupciones volcánicas se trataran, un millar de gruesas y alargadas raíces de árbol, las cuales se esparcieron alrededor de toda el área que el chakra había marcado. Varias ramas crecieron en dirección del sol mientras que otras rodearon el perímetro, levantando una altísima y gruesísima muralla ramificada. De las cima de la ramas que habían crecido en dirección del cielo brotaron los verdosos follajes, mientras que de las que habían crecido en otras direcciones crecieron las agudas espinas.

Ambos Reyes Demonio se hallaron envueltos por la aguda muralla más interna de todas. Ambos, no importa a donde volteasen, todo, o estaba cubierto por verde follaje, o estaba ocupado por agudas estacas de muerte. Los dos varones de mayor edad admiraron su entorno, ¿y cómo no hacerlo? Acababan de presenciar el nacer de un vivísimo y bellísimo jardín de un suelo estéril.

—Así que este es el verdadero poder del chakra… En verdad es asombroso

El demonio Beelzebub apreció su alrededor, maravillado. Por otro lado, el demonio Lucifer veía su alrededor con una expresión compleja, analizando con una mente fresca las posibles zonas de ataque de su oponente a la vez que pensaba, admirando el entorno.

«Comparando con hace años, Naruto realmente a progresado con esta técnica», se decía en su mente el ex heredero de Gremory al comparar el nuevo escenario con el que había visto hacía ya varios años. «Pero parece que aún no es perfecta del todo», pensó al notar como el pecho de su oponente se elevaba y desinflaba con irregularidad.

Mientras ambos demonios analizaban sus nuevos alrededores, el origen del vívido mar de ramas, árboles y espinas se hallaba en sus propios pensamientos.

«Aún no he entrenado lo suficiente, gasté un tercio de mi chakra solo en esto. Debo entrenar aún más si planeo desafiar a dioses más fuertes que estos dos», se decía en su conciencia. Entonces sintió cómo sus bobinas de chakra eran rellenadas por su inquilino.

[¡Sirzech, Ajuka! ¿Qué está sucediendo allá?], un círculo mágico apareció en los oídos de ambos ‘Maou’, de ambos círculos mágicos fue emitida la misma voz, la de Azazel. [Desde acá podemos ver todo el bosque que ha consumido gran parte de Lilith.]

Naruto: Akuma no NekoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora