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STOP: Me ha costado mucho escribir este capitulo porque justo cuando escribía cochinadas hubo un fuerte temblor aquí en Ecuador así que podrán imaginar el susto que me pegué pero lo he logrado terminar. Antes de que sigan leyendo por favor voten por este capitulo para así poder seguir actualizando y ver su apoyo hacia esta historia.

Adriano.

-...entonces quedamos así-hablo poniéndome de pie-el video que me acabaste de enseñar se lo mandas a mi socio por fuerzas mayores no pudo asistir-estrechamos mano.

-Si señor.

Camino directo a la cocina, necesito hablar con Aiyana. MIERDA. Se que la cagué, mierda, en que pensaba al pararme hablar a unos metros donde se encontraba ella. Pensé que ella se quedaría arreglando adentro del baño, que se yo, el uniforme, su maquillaje, algo.

-¿Y Aiyana?-le pregunto a la chica que aparentemente prepara los platos gourmet.

-Está en la parte de allá-me señala una puerta.

-Gracias-camino derecho a donde me ha indicado-tenemos que hablar-veo sus hombros y todo su cuerpo tensarse, ella se pasa la manga de su suerte por debajo de sus ojos. NO. NO. ESTÁ. LLORANDO.

-Está todo claro Adriano, vete a coger con tu amiga o tu zorra lo que sea y déjame en paz-habla mientras me sigue dando la espalda.

-No es como parece Aiyan...-se gira y ver dolor en sus ojos, pero sobre todo decepción.

-¿¡No es como parece!? ¡Te escuche que le decías que necesitabas follar! ¡Para sacar la maldita tensión! ¿siempre es así?-no entiendo su pregunta-¿irte a follar cuando tienes algún tipo de problema?-se ríe y mira hacia el techo, no soy capaz de responder- ¡Claro que siempre lo es! ¡ERES EL MALDITO CAPO DE ITALIA! y yo que pensaba seguirte para arreglar todo y mira con lo que me encontré-pasa por mi lado, pero atrapo su brazo.

-Déjame explicarte por favor.

-No tienes nada que explicarme Adriano de verdad, eres libre de hacer con tu polla y contigo lo que se te pegue en gana...solo déjame en paz-habla cansada emocionalmente.

-Pero no...a la final no iré-miento, sé que no es bueno mentir, pero si algo cambia con esta pequeña mentira, no mando a ver a nadie y que se jodan todas las mujeres.

-Así no funcionan las cosas Adriano, yo de verdad quería que...-somos interrumpidos cuando alguien abre la puerta, es la misma chica que me indico donde estaba.

-Siento interrumpir, pero Aiyana esperan por ti afuera-le guiña el ojo antes de perderse esa chica.

-¿Quién te espera?

-No es de tu incumbencia, ¿terminaste tu reunión aquí?-asiento débil-pues ya está seguro que tu amiga de cama te está esperando, vete-se zafa de mi agarre y toma su bolsa.

Sale dejándome como un maldito estúpido plantado, no me doy por rendido y la sigo, cuando atravieso las puertas que dan para el público nuevamente, mi sangre empieza a hervir, el animal que llevo adentro de pronto tiene sed de sangre. Me acerco a pasos largos a él pero Aiyana camina rápido hacia mí y pone una mano en mi pecho deteniéndome.

-Ni se te ocurra joderme más de lo que ya lo has hecho, el vino por mi para llevarme a casa.

-Yo puedo llevarte, no tiene por qué ser ese imbécil.

-Contigo no voy ni a la esquina, mejor vete a follar el coño que te espera en tu casa para que puedas sacar toda la tensión que llevas por dentro-intento refutar, pero no me lo permite-No tienes ningún derecho a reclamarme nada ni mucho menos a tratar mal a Alex cuando lo único que ha hecho ha sido hacer cosas buenas por mi...con el si he pasado buenos momentos-veo que traga grueso. Tiene que estar bromeando.

El jefe supremo de la mafia ItalianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora