El jefe supremo de la mafia Italiana

21. Discusiones a bordo.

ESPERO LES GUSTE ESTE CAPITULO TANTO COMO A MI. LEO VEO ABAJO

Adriano.

Los rayos del sol se cuelan por las cortinas, siento un pequeño cuerpo moverse a lado mío y sonrío atrayéndolo hacia mi.

-Déjame dormir ¡por favor! – río y beso su mejilla.

-Ya has dormido mucho nena...son casi las 12 del día y tenemos que levantarnos-ella se sienta de golpe y mira el reloj que está en la pared.

-¡Mierda! no sabia que era tan tarde-intenta ponerse de pie-¿no me dijiste que tenemos que levantarnos?-habla ella. La siento sobre mi y de inmediato mi cuerpo reacciona.

Maldita perdición.

-Estás en lo correcto-suspiro.

-¿Qué sucede?-pregunta tal vez al ver en mis ojos algo que no está bien y es que no lo está.

-Me enteré hace unos días que Kaín al hombre que le tuve que pagar millones para que me deje entrar a la ciudad donde tu estabas resultó siendo un Ferrara-la sorpresa se refleja en su rostro-el problema es que quiere que mate a todos los de mi organización y que según él, ambos nos quedemos con toda Europa-ella hace una mueca muy poca convencida.

-¿Matar a todos tus socios?-pregunta y asiento-¿Roller? ¿Dante? ¿Roth? ¿ellos también?-vuelvo asentir.

-Claramente no lo haré pero lo estuve analizando y si mi instinto de supervivencia no se equivoca lo que el busca es que yo cumpla con eso y tiempo después asesinarme para quedar como único rey del imperio Ferrara...es verdad que tengo mis sucesores-de inmediato ella intenta salir de encima de mi pero no lo permito-¿Qué pasa?

-¡No Adriano! Mis hijos no entrarán a este negocio, por algo me aleje de ti todos estos años...quiero mantenerlos lejos de toda esta mierda ¿acaso no entiendes?

-Claro que lo entiendo mujer pero esto es ley de vida o más bien la ley de la mafia, hijo varón que nazca siendo primogénito deberá heredar todo el imperio y seguir con el legado de su familia-niega con semblante serio-mi amor escúchame no te estoy diciendo que mis hijos lo harán bueno tal vez en un futuro lo hagan-ella me mira-ninguno de los dos serán obligados, si ellos deciden pues es te tocará aceptar, eso no quiere decir que los van a intentar matar siempre porque no es así-frunce el ceño-si estamos en esta guerra es para eliminar cualquier enemigo que haya dejado mi padre o que deje yo...bueno y tu que tienes tus cuantos por ser mujer de quien eres-asiente entendiendo-dejaremos el camino limpio para nuestros hijos además es hora de que un capo ponga a las escorias en su lugar.

-No quiero que te pase nada Adriano-acaricia mi pecho y me remueve algo por dentro que no se que es, o bueno si solo que a veces se me hace difícil aceptar que puedo tener sentimientos y que eso no me hará ser menos hombre.

-No me pasará nena, soy el puto capo y tengo más vidas que un gato-logro sacarle una sonrisa-esta tarde tendré un almuerzo con los socios ¿quieres venir? -me mira con poco convencimiento.

-Creo que lo mejor es que vaya tu esposa-un chasquido sale de mi boca y niego.

-Hoy hablaré con ella, no te miento que ella ha sido un pilar todo este tiempo...me ayudó cuando estuve en la mierda mas profunda al igual que mi hermano pero aparte de ser la mujer que ha calentado mi cama también ha sido una amiga para mi, entonces creo que así como tu te debes una conversación con el yo también me la debo con ella, lo va a entender...de igual forma ella ya tiene sus propios negocios así no depende de nadie-asiente y deja un beso en mis labios.

Después de desayunar, le propongo a mi mujer entrenar un poco. No es que diga que tiene mal cuerpo porque está mejor que nunca pero no está demás entrenarla y ver que tal está su potencial con la defensa personal.