El jefe supremo de la mafia Italiana

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Adriano.

Salgo de la ducha con la toalla amarrada en la cintura, veo a Aiyana ponerse su ropa y su voz me quita de mi imaginación sucia que estaba teniendo con ella.

-Deja de mirarme y mejor vístete para desayunar-habla y yo blanqueo los ojos mientras me coloco mi boxer-¿solo piensas ponerte eso?-pregunta mirándome a través del espejo, asiento con una sonrisa pervertida-¡Ah no! Ya sexo no, anoche tuvimos bastante como para continuar...-la interrumpo.

-Verás que con el desayuno nos vamos a reponer...deja busco mi celular-tomo mi pantalón y saco el celular marcando el número de Roth.

-¿Qué haces?-pregunta llegando hasta donde me encuentro.

-Espera...-contesta-Buenos días quiero que me traigas desayuno...croassants de chocolate unos 4 y 4 croassants de jamón y queso, el jamón de pavo bajo grasa mucho mejor, y cafés por favor, gracias-cuelgo-Listo ya solo nos queda esperar el desayuno-hablo y la tomo por la cintura.

-¿Por qué 4 de cada uno? Solo somos dos-habla ella rodeando mi cuello con sus brazos.

-Porque ahora que llegue el desayuno vamos a estar muertos de hambre...después del sexo da muchas ganas de comer así que...-mi mano se cola por su short y aparto la tela de su braga, siento sus pliegues contraerse-¿quieres? mhm...susurro a su oído.

-Sería muy pendeja si no quisiera...-me río porque ha utilizado las mismas palabras que yo anoche.

La dejo en la cama y empiezo a sacar su short, sus piernas se abren automáticamente hacia mi y me gusta la mirada que me regala, mis manos arrancan las bragas y ella ahoga un gemido.

-¿Por qué no las sacaste junto el short?-interroga y yo posiciono mi cara en frente de su vagina y le respondo antes de perderme entre ella.

-Porque me calienta mas si las arranco...no te preocupes que te compraré miles más y todas de Victoria-mis dedos abren canal por sus labios vaginales y me gusta como empieza a humedecerse poco a poco, mi lengua toca su clítoris y lo empiezo a estimular haciendo movimientos circulares con esta. Mi vista se levanta y veo como las manos de mi mujer se aferran al edredón de la cama.

Mi boca hace su trabajo y mis dedos estimular también su vagina, entre mis dedos y mi boca hacen un buen equipo. Mis labios dejan besos húmedos por su abdomen hasta llegar a su boca que la encuentro abierta mientras ella ahoga jadeos.

-¿Qué te pasa?mhmm-le susurro mientras beso cada parte de su rostro, mis ojos analizan cada rincón de su cara y cada día mas me convenzo de que vale la pena enamorarse y dejar sentir algo.

-Siento...siento que voy a explotar como no me folles-su habla está siendo opacada por la excitación que está teniendo su cuerpo, al igual que el mío.

Me bajo el boxer y mi glande tiene un poco de liquido caliente, al torturar a Aiyana con juegos sucios también me torturo yo.

-¿Quieres que te...-me interrumpe al tomar mi cara con ambas manos y estampar sus labios con los míos.

-Si idiota, quiero que me folles, quiero que me hagas el amor...-habla sobre mis labios y nunca voy a terminar de sorprenderme por sus cambios de personalidad en la cama.

Porque por fuera puede que, si, no mate ni a una mosca con esa cara de yo no fui pero por dentro es un alma llena de fuego, de calentura y todo el mundo del sexo se lo estoy enseñando, antes le hubiera dado vergüenza pedirme que la folle pero ahora es algo tan natural, le he enseñado cosas pero aún falta mucho por que aprenda pero tenemos mucho tiempo para hacerlo.