El jefe supremo de la mafia Italiana

12. Perdóname

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Aiyana.

Adriano se cierra la puerta y dejo escapar una enorme sonrisa.

El sabe la respuesta, sabe que todo lo que dije no es mentira pero que les puede decir a ustedes mis queridas lectoras.

Podrán pasar años pero jamás dejaré de sentir algo por ese tipo, ambos nos encontramos en el pasado en situaciones muy difíciles.

Yo me encontraba en una relación muy toxica mientras que el no estaba enseñado a estar con alguien sentimentalmente y desde el día uno lo supe y lo acepté porque veía en el algo que las otras personas no.

Como en alguna ocasión me dijeron "ustedes se aman con intensidad" y en parte esta bien, pero debemos aprender a controlarlo.

El beso que me dio Adriano me hizo retroceder el tiempo y recordar todo lo que viví con él, todo lo bueno y lo malo ¿pero saben que? No me arrepiento de nada porque pese a toda la mierda que nos tocó vivir nos mantuvo unidos, claro que con altos y bajos pero ninguno abandonó el uno al otro.

No se qué pase de ahora en adelante con lo que acabó de pasar, pero solo se que no seré plato de segunda mesa de nadie y si quiere volver a estar conmigo tiene que aprender a confiar en mí, a no estallar en celos o decir cosas que puedan llegar a lastimarme, lo amo y eso no va a cambiar, pero debe trabajar mucho en el, así como yo le estuve haciendo todos estos años. Solo si el llega a trabajar en si mismo y se le juega por mi podría darme una oportunidad con él, sino no.

Luego de una corta siesta me dispongo a ponerme de pie y ducharme.

No me vendría mal después de lo que pasó.

Reviso mis correos y respondo algunos. Acepté ayudar a Bratt con algo de su trabajo ya que como no estoy en la empresa ayudando a su padre el se ofreció hacerlo ya que no pueden contratar a cualquier persona para que maneje ciertos tipos de información, además Bratt tiene que estar al pendiente del tal Kaín que no se porque ese tipo solo con su nombre no me da buena espina y si mi instinto no me falla ese tipo nos traerá problemas más adelante.

Despues de hablar con mis padres por teléfono, que claramente siguen con muchas dudas de porque no pueden estar en Italia solo les dejo saber que estar con Adriano no es nada fácil y que ellos por ser suegros de Adriano Ferrara tienen que estar con seguridad y en otro país para así no ser ubicados.

Ellos nunca se enteraron de que terminé con Adriano ni mucho menos que tienen dos hermosos nietos. ANTES DE QUE ME JUZGUEN.

No se los podía decir por la seguridad de mis hijos y la seguridad de mis propios padres por lo que me ha tocado cargar con un gran secreto durante años, un secreto que tenido que ocultar a los seres que más amo eso incluyendo a Andréi que siendo mi ex y que en su pasado fue una mierda ahora es otro tipo de hombre y ha mejorado para bien, y eso me gusta porque la actitud que tenía años tras solamente le traería problemas al pasar del tiempo y se terminaría quedando solo.

Hago la cena y Fabrizzio se asoma.

-Me tengo que ir-habla y volteo a verlo.

-¿Qué sucede?

-Ni yo lo se...solo tengo que irme-intenta pasar de mi, pero lo detengo.

-¿Qué sucede? ¿Algo con mis hijos? ¡Habla!-exijo perdiendo mi paciencia que bastante tengo pero que con el solo pensar de que mis hijos les pase algo me volvería loca.

-Adriano...tuvo un accidente en su auto-me tapo la boca con horror.

-¿Qué...pero cómo? Que pasó dime por favor-pido y el suspira.