18. No es facil.

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Aiyana.

Después de llorar casi por dos horas sin poder creer lo que había sucedido.

Mis hijos habían conocido a su padre por primera vez y lo mejor de todo es que lo tomaron de la mejor manera la noticia o más bien, ver a su padre por primera vez.

Luego de la cena Adriano me pidió que deje que el acueste a los niños, le indique que les gusta que le lean un cuento antes de dormirse, luego de media hora escucho unos toques en la puerta de mi habitación.

Doy la orden de que pase, veo por medio del reflejo de las ventanas que es Adriano, suspiro y me giro para observarlo.

-¿Todo bien?-pregunto y el asiente sentándose en mi cama tirándose hacia atrás observando el tejado-¿Qué pasó? ¿todo bien?-pregunto temiendo que no le haya gustado asumir o hacer mas realidad su paternidad.

-No se Aiyana...son demasiadas emociones encontradas-suspira-ver a los niños por primera vez...tenía ese miedo de que ellos no me quieran pero resulta que tu siempre me mantuviste presente en sus vidas así sea por medio de fotos-sonrío y asiento.

-No tenía porque decirles que no tenía padre o inventarle cualquier excusa diciéndoles que tu no existías, sabia que en algún momento podía pasar esto y mira-alzo una ceja obviando todo lo sucedido-lo que no entiendo es porque viniste a verlos-me pongo seria-¿Por qué Fabrizzio dio la autorización de que vengas hasta donde están ellos?-espero una respuesta pero no la recibo, al contrario me responde con otra respuesta.

-¿Por qué viniste a evadir una discusión?-no entiendo lo que dice-¿Por qué huiste y no me reclamaste lo del collar?-trago fuerte y le esquivo la mirada.

-No tengo nada que decir al respecto-hablo y escucha una risa por lo bajo.

-Si tienes que decir y mucho lo siento Aiyana...te conozco mejor que tu misma te puedes llegar a conocer-escucho su voz mas cerca.

MALDITA SEA.

-Si vine fue porque extrañaba a mis hijos y quería verlos para pasar tiempo con ellos-cuando me giro choco contra su pecho y me obliga a dar unos cuantos pasos atrás.

-¿Algo más? Puedo creerte eso de que querías verlos, son unos angelitos pero te estás guardando toda la mierda que me quieres tirar-mis ojos empiezan a picar y me hago a un lado para poder llegar hacia el ventanal y recibir un poco de aire fresco, siento si presencia cerca.

-Déjame en paz Adriano por favor-intento no sacar todo lo que estoy reteniendo pero como siga hincando lo va a conseguir.

-No lo guardes y sácalo ya-me volteo y lo primero que hago es bofetearlo, se gira y me mira como si no le hubiera hecho nada-sigue-vuelvo a golpearlo pero esta vez en el pecho con la mano-saca todo lo que retengas-ahogo un grito porque soy consciente de que los niños duermen a esta hora.

-¡Me quitaste el maldito collar para dárselo a ella! QUE HUEVOS ADRIANO FERRARA-vuelvo a golpear su pecho y esta vez siento como mis mejillas están húmedas.

-Déjame explicarte eso por favor, sonará asqueroso pero no es lo que parece-vuelvo a bofetearlo y no me detiene-ella lo tomo sin saber que era tuyo, cuando se dio cuenta fue cuando le dije que ese collar era tuyo y ella lo sospechaba y me lo volvió a entregar-mis lagrimas no paran.

-Eso no cambia que ella lo llevó puesto mientras que yo lloraba por ese collar que me diste con tanto amor supuestamente-camino hasta mi cama y me siento tapándome la cara.

-Escúchame mi amor-se arrodilla ante mi haciendo que quite mis manos de la cara y lo toma entre sus manos-perdóname-veo sus ojos cristalizados-perdóname por eso...ya lo volví a tener en mis manos y te prometo que ella no lo volverá a tomar...gracias a tu collar la pudimos encontrar con vida y llegamos antes de que se desangre-tengo que ser sincera pero eso es lo único bueno que me tranquiliza que lo haya usado. He sido creyente que por algo Dios hace que pasen las cosas.

El jefe supremo de la mafia ItalianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora