30. ¿Hermano o verdugo?

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NOTA: EN ESTE CAPITULO SE DESATA UNA PELEA UN POCO TENSA Y QUE PODRÍA TRAER UNA GUERRA. NO OLVIDEN VOTAR PARA SEGUIR ACTUALIZANDO.


Aiyana.

Estoy por hablar y explicarle a mi padre porque acabo de decirle todo eso a mi marido cuando una vibración me desconcentra.

Tomo la llamada de uno de los que está a cargo de la seguridad de Fabrizzio. Pienso en lo peor.

-¿Qué sucede?-voy directo al grano.

-Su héroe ha despertado-me tomo de los filos de la isla ante la gran sorpresa de mi héroe.

Sabía que no se iba a rendir tan fácil.

-Voy para allá, que nadie se acerque a el de no ser necesario-escucho una afirmación y cuelgo-despertó Fabrizzio papá-mis ojos se ponen borrosos y sé que son lágrimas de felicidad.

-Vamos a verlo-habla y corro hacia las escaleras para buscar ropa y correr al hospital.

En menos de 10 minutos estoy lista y veo a mi papá listo en la entrada de la casa, tomo las llaves de mi auto y salimos, mi papá está por subirse a mi auto cuando un hombre de seguridad se me acerca.

-Señora usted sabe que...-blanqueo los ojos.

-Que no puedo andar sin seguridad ya lo sé, quiero 2 camionetas detrás de mí con 5 hombres en cada una de estas ¿Roth no ha llegado?-niega, se me hace raro-en fin, dupliquen la seguridad aquí mientras no estamos las cabezas de la casa aquí-asiente y lo escucho hablar por la radio dando la instrucción dada anteriormente.

Enciendo el auto y siento la mirada de mi padre pero lo ignoro, ahora lo único que me importa es ver a Fab y poder decirle cuanto lo amo y que nunca me vuelva hacer esa mierda.

Llegamos y camino directo al piso donde está en cuidado Fab cuando uno de nuestros hombres se acerca a mí con una sonrisa y esa me hace hinchar el corazón.

-No deja de preguntar por usted...-asiento y me guía a la nueva sala donde lo tienen, apenas entro veo como mira todo a su alrededor hasta que sus ojos chocan con los míos. No resisto llorar y lo hago cuando me acerco a él y sin que el lo espero lo abrazo con cuidado sollozando sobre su pecho.

-No me vuelvas hacer eso Fab-suplico y siento su mano acariciar mi cabeza-no sabes lo mucho que he sufrido-hablo y el solo me pide que me tranquilice.

-Tranquila pequeña, ya estoy aquí para seguir siendo tu protector-sonrío y lo miro a los ojos, acaricio su rostro y no puedo creer que lo tengo aquí conmigo. Vivo.

Decido ponerlo al día y nuestra gente dice que su esposa ya está en camino al hospital, a ella le informaron primero pero no me molesta, es su esposa.

-No te veo muy convencido con la noticia de que nuestros hijos estén con nosotros-tensa su mandíbula y mira al techo.

-No creo que sea buena idea eso que hicieron.

-Pero entre todos los hombres cuadriplicaron la seguridad así que no hay nada que temer, además tu mujer está en su fortaleza con tu hija y Enzo, la mano derecha de Dante-asiente a la perfección-todos estamos a salvo-por cierto, no te he contado-frunce su ceño y sonrío.

Saco mi celular y le muestro la foto de mi compromiso, donde Adriano está arrodillado ante mí con la cajita roja terciopelada pidiéndome que me case con él.

-Felicidades pequeña mía-sonríe y me hace una seña para que me acerque así poder abrazarme, un carraspeo nos hace separar, es mi padre.

-Esto no me has contado-susurra y sonrío.

El jefe supremo de la mafia ItalianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora