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NOTA: Lo volví actualizar porque ya esta corregido y cambiada algunas palabras

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NOTA: Lo volví actualizar porque ya esta corregido y cambiada algunas palabras.

Adriano.

-Señor ya nos llegó el nuevo contenedor-me avisa mi asistente desde el marco de la puerta del gimnasio.

-Ya revisaron que todas las armas hayan llegado en buen estado-pregunto mientras termino de entrenar boxeo.

-De eso se encarga Roth señor, pero al parecer todo esta perfecto-me informa y no me gusta su respuesta.

-A mí no me sirve el parece, es esta todo correcto o hay alguna falla-le indico mientras golpeo el saco. Se rectifica.

-Perdón señor-escucho que se comunica con Roth por medio del radio-disculpe señor Roth me acaba de informar que ya se revisó todo y está en perfecto estado el pedido-me hace saber y con esa noticia empiezo bien el día.

-Esa es la respuesta que me gusta escuchar-le digo y me volteo a mirarla-antes de que te retires ayúdame con los guantes-acata la orden y me ayuda-gracias puedes retirarte.

-Permiso señor-se da la vuelta sobre su propio eje y veo que lleva una falda más corta de lo normal, pero lo ignoro, no tengo ganas de follar.

Tomo una de las toallas del armario y me quito todo el sudor, mientras me direcciono a la cocina, ya huele a comida.

-Buenos días joven ya casi está el desayuno toma asiento-me dice Nora desde la cocina y hago caso.

Nora me conoce desde mis 10 años, mi padre la contrato cuando la señora que alguna vez llame madre decidió irse con otro hombre que tenía más dinero que mi padre, Nora ha ocupado ese puesto de nana, la quiero porque ella me cuido, en mis noches de pesadillas, en las noches que mi papá no estaba en casa, ella tomaba el papel de madre y me ayudaba con los deberes de la escuela, a medida que fui creciendo mi padre me inculcó que las mujeres solo sirven para follar y nada más, que las mujeres solo busca dinero fácil y ya, y el ejemplo claro fue mi madre. Nunca he tenido una relación con ninguna mujer, solo me acuesto con ellas, las follo, las someto y las desecho, tal y como me lo enseñó mi padre.

Cuando cumplí mis 20 años mi padre ya me había enseñado todo lo del negocio de armas y lavado de dinero, también me enseñó como pasar los contenedores de drogas, cuando cumplí mis 22 años mi padre me presentó ante las organizaciones de la mafia, mi padre era el jefe supremo de todas las organizaciones.

Meses después de cumplir los 24 años mi padre falleció por cáncer a los pulmones, por más que Nora y yo le dijéramos que fumar le haría daño no hizo caso y la consecuencia fue su muerte, cuando mi padre falleció yo quedé como la cabecilla de la organización italiana, los primeros meses fue difícil porque ninguna de los socios de la organización me tomaba enserio hasta que un día mate a un jefe de la mafia Ucraniana y todos me tomaron respeto, claro que por ese acto me gané a algunos enemigos, en ese mismo momento juré que nunca nadie me iba a pasar por encima.

El jefe supremo de la mafia ItalianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora