El jefe supremo de la mafia Italiana

28. Sexo y amor.

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Adriano.

Escucho el grito de mi suegra y me alarmo en cuestión de segundos, pero mi corazón se calma cuando la veo abrazar a mi futura esposa.

Cuando planee todo esto no sabia como hacerlo para que todo quedará a la perfección así que nadie mejor que me ayude como Merissa. Al principio no apoyaba ni una de sus ideas, pero entendí que para las mujeres un tipo de pedidas de mano como la que Merissa me decía era el sueño de toda mujer, entonces quise darle el mejor sueño a la madre de mis hijos. Convencer a Roller para que todos los que estaban en la casa de seguridad con los pequeños vengan fue un poco complicado, pero entre todos los hombres nos comprometimos a cuadriplicar si era necesario la seguridad con tal que nuestras generaciones no estuvieran en riesgo en ningún momento.

Fabrizzio no da señales de mejoras y eso me está preocupando y no por lo que cueste cada día tenerlo en ese hospital porque me importa una mierda eso, pero me preocupaba porque él es parte de mi familia y lo quiero al cabrón pero muy aparte de eso...el era el protector de mi mujer y ella se moriría si se va de este mundo dejándola sola.

Cuando les conté mi verdadera vida a mis suegros no reaccionaron como realmente lo pensé, ellos ya sospechaban algo por la cantidad de veces que vieron seguridad por todos lados en mi casa y en mis empresas, también cuando durante un largo tiempo los mandábamos según con Aiyana de viaje para que disfrutaran todo, pero la realidad era que cuando Aiyana decidió dejarme Roth se había encargado de la seguridad de mis suegros y aunque ellos tampoco sabían nada de su hija los tranquilizaba saber que estaba con alguien que daría la vida por ella de ser necesario, mi suegro no estuvo muy de acuerdo con que yo sea un hombre de mafia pero el me decía que mientras su hija no estuviera metida en toda esa mierda no habría problema, lo que el no sabía que es su hija ya había presionado el gatillo pero no porque le fascinará sino por supervivencia pero era algo que jamás debía enterarse. Cuando les comenté sobre sus nietos brincaron de emoción y aunque se sintieron decepcionados porque su hija no les había confiado tan bellos tesoros entendieron que era por la seguridad de todos, pero sobre todo por lo de los gemelos Ferrara.

-Ahora van a conocer a sus abuelos-hablé tan sutil como pude ya que manejar mi temperamento con mis hijos no se me daba tan bien.

-¿Ahora?-pregunto emocionado Adrián y asentí con una sonrisa.

Mishelle espero mi orden para hacerlos pasar y eso fue lo que hice, apenas mis suegros entraron a la sala de juegos que ya había diseñado para mis hijos sin que Aiyana sepa la primera que se quebró fue mi suegra.

Se quedaron a medio camino cuando los pequeños estaban detrás de mi, les di el primer impulso y se acercaron a ellos, ambos abuelos se arrodillaron quedando a la altura de los niños y quien tuvo la primera palabra fue Emmanuel.

-¿Abuelos?-ellos ni siquiera podían hablar porque estaban en las nubes creyéndose aún que ya era abuelos y de gemelos-él es Adrián y yo soy Emmanuel y juntos somos AE-todos reímos ante la presentación inocente y divertida de mi hijo.

Mis suegros finalmente reaccionaron y también se presentaron.

-Yo soy su abuela Marbelle y él es abuelo Sergio-mis hijos asintieron un poco tímidos. Luego de tomar un tiempo los pequeños agarraron confianza y se familiarizaron como es debido.

Ver a la mujer que quiero para el resto de mi vida feliz me hace feliz a mi también, estoy por acercarme cuando uno de mis pequeños se me acerca.

-Papá quiero comer-agarre en brazos a Emmanuel-y también tengo sueño papi, ¿puedo dormir encima de ti?-reí por lo que dijo.