Aiyana.
Siento como todo se me contrae. Los dolores cada vez son más intensos y siento que voy a fallecer como Adriano no venga rápido.
No se qué es peor, si haber seguido estando en el shock o que Adriano se haya ido a no se dónde mierda.
-¡¿Dónde MIERDA ESTÁ TU JEFE?!-le grito a Fabrizzio quien golpeo en el pecho mientras las contracciones cada vez vienen más fuertes. Intenta tomarme de las manos pero niego y lo sigo golpeando.
-Ya viene-quiere calmarme pero no basta-hagamos lo que hicimos en años pasados Aiyana, calmémonos...inhalemos y ex...-le doy una cachetada que lo deja quieto y callado.
No estoy para esas mierdas.
-Como a ti no te va a salir un niño por la vagina pues te da igual y no sientes el dolor que sentimos las mujeres-tiro mi cabeza hacia atrás y suelto todo el aire cuando baja la intensidad del dolor.
La doctora viene y me vuelve a revisar.
-Ya estás dilatada, vamos a pasar a la sala de...-niego y grito cuando otra contracción viene más fuerte que la anterior.
-Mientras no venga mi esposo no voy a parir-hablo entre los dientes y ella mira a Fabrizzio quien busca que me ayude a entrar en razón.
-Chiquita tienes que...-vuelvo a cachetearlo.
-Dame tu celular ¡ahora!-chillo y marco su número, contesta al primer timbre.
-Ya voy...-se calla cuando otro grito seguramente le perforó el oído.
-¡NO VOY A PARIR SIN TI!-grito tanto como puedo-¡cómo no llegues a tiempo lo vas a lamentar Adriano Ferrara!-escucho algo pero cuelgo.
Si aprecia su vida, estará aquí en 5 minutos.
Otra contracción viene y está vez mis piernas se debilitan.
-No podemos perder más tiempo, la llevaremos a la sala de partos ahora ¡y te dejas de niñerías Aiyana que para eso soy tu doctora de cabecera! -no dice nada más y vienen unos enfermeros por mi.
El pasillo es largo y en todo el trayecto no dejo de quejarme, llego a un punto en donde me quiebro a llorar.
Yo solo quiero que Adriano esté en el parto de nuestra hija Elena.
-¡Aquí estoy!-escucho los gritos detrás de mí y volteo a ver. Miro como Adriano viene corriendo hacia mi mientras se pone una camisa en lo que recorre a zancadas el pasillo.
Llega exhausto y besa mi frente.
-Vamos nena-nos vamos directo a la sala de partos, no suelta mi mano en ningún momento. Lo detienen antes de entrar a la sala y le piden que se ponga un traje especial para poder entrar.
Me colocan en una camilla y la doctora me indica que me pondrá la epidural, deja mi espalda al descubierto y siento como si me estuvieron arrancando algún órgano al momento de ponerme esa mierda en la espalda baja. Uno de los enfermeros me ayuda a recostarme mientras terminan de preparar todo para el parto.
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El jefe supremo de la mafia Italiana
RomanceDespués de la muerte de su padre, el se convirtió en la cabecilla de todas las organizaciones de la mafia, el jefe supremo, ninguna de las organizaciones lo tomaba enserio hasta que mato al jefe de la mafia Ucraniana, desde ahí se gano el respeto de...