Adriano.
Jamás la dejaría que se quede sola de nuevo.
-No se si se bueno o malo pero sigo amando a esa mujer desde el día uno así que por tu bien cuídala como si fuera tu propia mujer, si algo le llega pasar a ella te lo juro que me muero-mi tono suena suplicante-prométeme que cuidaras de ella.
-Te lo prometo-cuelgo y me encamino al avión. Stephania me mira con los brazos cruzados.
-¿Es un dolor de cabeza, no?-pregunta sarcástica y resoplo colocándome el cinturón de seguridad.
-Como no tienes idea...pero me gusta como actúas en frente de ella-tomo su mentón y la atraigo para dejar un beso en sus labios.
-Como le jode que sea tu esposa-ladeo la cabeza-al final los dos siguen teniendo esa conexión-la miro sin entender-Adriano por favor, con una sola mirada se entienden a la perfección son tal para cual...todos ustedes tienen buena conexión con ella y no me podrá agradar mucho por el hecho que te abandonó pero es una chica muy guapa y claramente demasiado imponente...tienen el mismo carácter por eso chocan tanto-sonrío sin que se de cuenta porque en el fondo tiene razón.
Así como complementamos a la perfección también chocamos demasiado, ambos tenemos nuestro carácter fuerte y por lo que veo, ese mismo carácter ha endurecido más y me pone caliente de verla así.
Me acomodo mi entrepierna y logro cerrar los ojos para poder conciliar el sueño.
En la noche después de haber desempacado, no quise hacer mucho me sentía cansado y no encontraba razón por lo que me duché con agua helada y me coloque un pantalón de algodón.
Al acostarme mi esposa hace lo mismo y su cabeza reposa sobre mi pecho que está descubierto.
-Anoche dormiste como un bebé-comenta y se por donde va eso, suelto un largo suspiro-ahora que lo pienso desde que llegamos allá o mejor dicho desde aquella noche en la discoteca que la viste duermes de los más placido...ya no tienes pesadillas-alza un poco la cabeza y niego.
-No se por dónde vas sinceramente.
-Sabes bien a donde quiero llegar...de alguna manera ella ha calmado tu interior-pone su mano en mi pecho-¿Por qué yo no?-siento un nudo en la garganta.
-Steph...-intento advertir pero me interrumpe.
-Yo te he dicho que te quiero como amigo pero me duele un poco que lo que yo he intentado hacer en años ella lo pueda lograr en días después de todo-por primera vez la observo desde que inicio está conversación.
-La amo Stephania...ha pesar de toda la mierda que pasé estos años, verla de nuevo como tu lo haz dicho ha calmado mi interior y no me pidas una explicación por que no la tengo ahora ni tal vez nunca -acaricio su mejilla-pero por eso no quiere decir que vaya a volver con ella...te hice una promesa y la voy a cumplir...no la pienso tocar-ella me sonríe.
-Si en algún momento no eres feliz dímelo...
¿Como decirle que soy el hombre más infeliz desde que ella se fue de mi vida? No podría hacerle eso a ella.
Me siento una mierda por ello.
-Buenas noches Stephania-beso su coronilla y ella deja un beso en mi pecho.
-¿Ya llegó?-pregunto terminando de comer la manzana.
-Si, llegó en la madrugada-informa Roth-Se quedarán en...-lo interrumpo.
-Que se deje de maricada y que venga a la casa de seguridad, hay gente cuidándonos y allí tenemos todo lo que necesitamos para enfrentar a esas ratas asquerosas-hablo mientras termino de firmar unos documentos.
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El jefe supremo de la mafia Italiana
RomanceDespués de la muerte de su padre, el se convirtió en la cabecilla de todas las organizaciones de la mafia, el jefe supremo, ninguna de las organizaciones lo tomaba enserio hasta que mato al jefe de la mafia Ucraniana, desde ahí se gano el respeto de...