Después de la muerte de su padre, el se convirtió en la cabecilla de todas las organizaciones de la mafia, el jefe supremo, ninguna de las organizaciones lo tomaba enserio hasta que mato al jefe de la mafia Ucraniana, desde ahí se gano el respeto de...
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Adriano.
Siento la pierna de Aiyana entre las mías y poco a poco abro los ojos, está con el cabello sobre su cara. Sonrío al verla tan plácida mientras que mis ojos viajan al vientre que ya se encuentra un poco abultado, se me hace un nudo en la garganta porque por fin podré vivir todo el proceso del embarazo con ella. Me acerco a su vientre y dejo un beso.
-Papi ansia vivir toda esta aventura contigo cielo-susurro para la barriga-te amo al igual que a tus hermanitos que se que estarán felices de saber que viene un nuevo integrante a la familia-Aiyana se remueve y su mano cae en mi cabello.
-Tienes la barba un poco rasposa-me río por lo que dice. Es verdad tengo la barba un poco ya poblada, no me la he quitado porque me está gustando como se me ve.
-Buenos días mi amor-dejo un beso en sus labios y me pongo de pie.
-Es domingo-se queja.
-Yo no te he dicho que te levantes-hablo mientras me encamino al baño-sigue durmiendo-me cepillo los dientes para después buscar la ropa de deporte. Le prometí a los chiquillos que hoy haríamos un poco de ejercicio de mañana para poder activar el cuerpo y aunque ayer se los veía emocionados no creo que terminen así después de todo lo que vamos hacer. Salgo del cuarto del closet y la veo sentada enojada.
-¿Qué te sucede?-pregunto viendo su ceño muy pero muy fruncido con los brazos cruzados.
-Tengo sueño y si no estás a mi lado no podré dormir-se pone de pie y pasa a mi lado golpeándome el hombro a propósito.
-Si quieres que me quede un rato más contigo solo dímelo mujer no te enojes-hablo tranquilo, me acuesto y la invito a que lo haga, pero niega.
-Tengo hambre y necesito comer para que se me pase este mal humor que cargo-se pierde en el baño y blanqueo los ojos poniéndome de pie para irme a la cocina.
-Por favor prepárale unos huevos con tocino a mi mujer con un bowl de frutas y zumo de naranja...-Nora entra dejando un beso en mi espalda.
-¿Cómo amaneciste?-pregunta y tomo asiento en una de las sillas altas que rodea la isla de la cocina, ella se pone a picar la fruta para Aiyana. Michelle entra soñolienta y nos saluda.
-No quería levantarme tan temprano, pero mis chicuelos se levantaron y cuando no está el desayuno preparado son como leones enjaulados sin comida-río por lo que dice.
Definitivamente heredaron eso de su madre.
Converso un poco de todo con Nora y ella dice que le cae bien Darcy, que le ha dado su voto de confianza cuando estoy por decirle que yo también le he dado el mío, ella entra con un camisón que le queda hasta los muslos, tras ella viene mi hermano quien reluce en su rostro una sonrisa muy enorme.
-Buenos días familia-saluda mi hermano a todos los que estamos presentes y se sienta a mi lado, la sirvienta nos entrega nuestros cafés y reanuda su preparación del desayuno.
