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Aiyana.

La conversación que tuve con Adriano me ayudo bastante, aunque tengo que admitir que me pasé golpeándolo, pero sentí descargar todo mi coraje, mi ira y mi sufrimiento en él, por qué ni siquiera me detuvo solo me dejo hacerlo cosa que agradecí.

Lloré al frente de él, simplemente me derrumbé, por completo, el vio esa parte de mi débil, mi vulnerabilidad. Saqué todo lo que llevaba atorado durante todos esos meses que no lo vi, la pregunta que me hizo resuena en mi cabeza.

¿Quieres seguir teniendo contacto conmigo?

Y la verdad es que si, no quiero alejarme de él, mi parte razonable me grita que no lo vuelva a ver, que me aleje porque en el futuro tendré consecuencias, pero mi otra parte claramente no razonable me dice que no me aleje, que siga con él, conociéndolo en todas sus facetas. Desde esa noche que me salvo de Andréi no he dejado de estar agradecida con él, pero así también algo dentro de mi se remueve cada vez que lo ve, cada vez que se pone...¿celoso? JA. No no lo creo, no viniendo de un hombre como el, tal vez anoche lo que de le dio fue un arranque de irá o talvez se preocupo por mi pensando que me podría pasar algo similar a la noche donde nos conocimos.

Anoche el me aclaró muchas cosas y una de esas fue porque causa sufrió ese atentado y aún trato de asimilar su respuesta. <Si me gusta lo que hago>. Si le gusta matar, pero a personas que se lo merecen, aún así eso no le quita que es asesino a sangre fría, de tan solo imaginarlo torturando a gente y matándolos mi piel se eriza, yo tenía mis sospechas de que andaba en cosas ilegales o que andaba en algo raro, pero nunca llegue a imaginar que era un Capo. MIERDA. El capo de Italia, por ende, el tiene el control de todo, absolutamente todo el país.

¿Sería capaz de matarme? Esa pregunta me la hace mi voz interior y rápidamente sacudo mi cabeza, el no sería capaz, lo se.

No soy quien para juzgarlo porque a fin de cuentas el acepto ser un mafioso y lo peor de todo es que si le gusta, le gusta gobernar, le gustar tener súbditos, a por como vi sus ojos anoche mientras me hablaba veía que no le temía a la muerte, y eso me asustó mucho porque en lo poco que estamos compartiendo me siento segura con el de alguna manera extraña y no sabría que haría se le llegará a pasar algo.

Durante los 9 meses que no lo vi muchos pensamientos y escenarios negativos venían a mi mente, demasiadas preguntas en mi cabeza y ninguna con respuesta.

Me ducho y me coloco ropa cómoda y fresca, hoy el día parece ser soleado, salgo en silencio y me sorprendo al ver la puerta de la habitación de invitado abierta, camino despacio sin hacer ruido y veo que la cama esta tendida.

Salgo directamente a la cocina o alguna parte de la casa y no encuentro a nadie, tal vez se tuvieron que ir por alguna emergencia. Me desanimo un poco, pero nada mejor que no lo pueda arreglar un latte frío, me dispongo a ir a la cocina a preparármelo cuando unos toques en la puerta me hacen desviar la mirada.

No espero a nadie, seguro son los de la correspondencia, me seco las manos en un trapo y abro la puerta.

Veo a dos hombres vestidos de traje y mi sonrisa es tan grande que no entra en mi cara, Adriano está normal, serio como siempre y con la mano en los bolsillos de su pantalón de tela, y Roth...ay Roth, tiene una cara de muerte porque de paso trae unos lentes de gafa.

-Aquí adentro no hace sol Roth, Buenos días, pasen-me hago a un lado y el entra, pero Adriano se queda de pie frente a mí, se agacha un poco y me deja un beso en la mejilla.

-Buenos días chica virgen-saluda y volteo mis ojos.

-Que odioso es ese apodo que me haz puesto enserio-hablo y el ladea su cabeza con una pequeña sonrisa.

El jefe supremo de la mafia ItalianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora