El jefe supremo de la mafia Italiana

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Ahora si van a leer el ultimo capitulo de la primera parte de este libro...Abajo tendrán más información. Los amo , por favor votennnnn AHORA SI A LEER....

Adriano.

El dolor se empieza hacer presente haciendo que abra los ojos, lo primero que visualizo es a lo lejos la silueta de mi mujer, sonrío y suspiro. Veo un poco borroso lo que me impide ver realmente que está haciendo, por lo que llamo su atención carraspeando mi garganta.

-Lo siento te he despertado-su voz se hace presente pero no se acerca a mí, me siento ayudándome con un solo brazo. Me aclaro la vista.

-¿Que haces?-pregunto al ver lo que realmente está haciendo-¿Aiyana, que haces?-vuelvo a preguntar y escucho un sollozo salir de sus labios.

-N-nada yo solo...-me pongo de pie al escuchar su llanto hacerse más presente.

-¿Que te pasa?-pregunto y la detengo tomándola de su brazo-¿porque estás recogiendo toda tu ropa?-el miedo comienza a inundarme.

-Ve a sentarte que no puedes estar mucho tiempo de pie, tienes que descansar-me encamina a la cama y me sienta a la fuerza. Se acerca a la maleta que arma y la cierra dejándola en la entrada de la puerta de la habitación.

-M-me...-traga fuerte y su cabeza cae hacia atrás cerrando sus ojos haciendo que estos broten lágrimas.

-¡¿Habla!?-pierdo un poco la paciencia, aparte que el dolor no me deja en paz.

Aiyana parece darse cuenta por lo que toma algo del mueble grande y sirve un vaso con agua, llega hasta mí y me tiende unas pastillas con el vaso con agua. No lo acepto.

-Por favor tómatelo y hablamos-la quedo viendo y ella me pone las pastillas en la boca y me da de tomar agua, me las paso de un solo trago, quiero sacarme está maldita sensación.

-Ahora habla-exijo y ella se sienta a lado mío.

-Yo...creo que lo mejor es que nos separemos y yo me vaya a otro país a vivir-cuando escucho eso todo lo que me rodea desaparece-yo...

-¿Que tu que, perdón?-mis ojos pican y los cierro con fuerza.

-Me voy Adriano-habla y sus ojos conectan con los míos haciendo que mi corazón se quiebre poco a poco.

-Pero...no entiendo...¿es por el atentado que sufrimos? Si es por eso no se que mierda pasó, el porqué nos emboscaron pero te prometo que voy a triplicar la....-me interrumpe.

-¡¿La que?! ¿La seguridad? Quien te saca de la duda que sea alguien del mismo grupo de seguridad....Ah no espérate ¡Nessa era la maldita infiltrada que por los malditos celos enfermizos hacia ti te traiciono! ¿Qué te dije hace un tiempo Adriano? -la miro sin entender.

-No...perdón...no entiendo ¿Nessa que tiene que ver?-pregunta un poco perdido de todo lo que me dice.

-¿No recuerdas nada antes de que te desmayarás?...-niego, se pasa las manos por la cabeza a modo de frustración-cuando casi te morías en mis br-brazos-traga grueso-Nessa apareció de la nada con un arma, cuando intentaba  decirte que ella era la infiltrada no me dejabas, siempre me interrumpías...ella dijo que...-parece pensar lo que me va a decir-que ella era quien tenía que ser tu mujer no yo y que los celos la llevaron a eso...intentó dispararme pero me adelanté y le disparé pero no la mate porque la muy perra se logró escapar-suspira y camino de un lado para el otro-yo no me pienso quedar aquí, tome una decisión Adriano y me voy del país, no se adónde, pero me voy sin que nadie lo sepa-me pongo de pie y la alcanzo-incluyéndote.

-Tú no puedes hacer eso ¿y lo...y lo nuestro que?-pregunto en un hilo de voz.

-El nosotros ya no existe Adriano-se le quiebra la voz y mis ojos expulsan lagrimas al escuchar eso. Detesto llorar-¡ayer gracias a Dios la bala no te llego al corazón ni daño ninguna artería pero otro día esa misma bala te puede dar en la cabeza o justo en el corazón y te lo juro por lo más sagrado que no estoy preparada para verte morir, no lo aceptaría jamás!-llora y me parte el corazón escuchar lo que dice-no voy a cambiar de opinión.