𝐏𝐫𝐨𝐥𝐨𝐠𝐮𝐞

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—¿Por qué tan apartada?

Un chico, parece que se siente con suerte esta noche, quiere conseguir un buen revolcón con una chica bonita y dispuesta, puedo darme cuenta de que es uno de esos que sabe endulzar el oído con promesas del momento para hacerte sentir bonita y deseada.

Es aquí cuando yo uso la carta de siempre para poner límites, una carta que nunca gana una sola partida porque pasa por inútil:—Tengo novio.

Él, quién decidió presentarse sin decir su nombre, se ríe, es una burla incómoda en su totalidad, sin embargo, decidió sentarse a un centímetro de mí. Veo la hora en mi celular, Jungkook no va a tardar más de diez minutos en aparecer.

Me arrepiento de haber venido, es la fiesta más aburrida en la que he estado jamás, incluso el alcohol es malo a morir, mal sabor, es evidente que es del barato.

—¿Y tu novio se enoja si hablas con otros hombres?

—De hecho, sí.

—Oh, te tiene controlada— se ríe de su propio comentario—que comparta el secreto.

—En unos minutos te lo cuenta.

Algo que me tiene muy confundida es el hecho de que, este es un barrio lleno de niños ricos, siendo así, se asume que tienen forma de conseguir cerveza decente.

Pero no es el caso, lo que es todavía más ridículo, es que sigo quejándome de lo mismo.

—Me da curiosidad, ahora quiero conocerle— desliza su vergonzosa existencia más cerca de mí, su asqueroso aliento me golpea de lleno en la cara—¿Vives cerca?

—No.

—¿Dónde?

—Vivo en muchos lugares.

—Vale, el principal. Tu hogar.

Mm, sabe ser específico.

—Jeju— pero yo no soy buena siendo específica— ¿Ya has estado allí?

—Un par de veces— poco me importa, pero bueno, yo pregunté— hay muchos restaurantes bastante elegantes, tantas celebridades van allí... no es accesible para todo el mundo.

—Ah.

—Puedo llevarte cuando quieras.

Está acercando su cara a la mía.

—Si lo que buscas es impresionarme, no está funcionando, te lo acabo de decir, vivo allí, lo conozco todo— comienzo a exasperarme, mi mano golpea su pecho, buscando alejarlo— ya, deja de joder si no quieres terminar hecho mierda.

De verdad, él cree que es muy graciosa la situación.

—¿Tu novio imaginario va a golpearme?

—Ahora dices que me lo he inventado, tanto vino de manzana te ha quemado el cerebro.

—Vamos, no existe un novio que deje a su bonita mujer estar sola en una fiesta a su vulnerable suerte. Si es así, quiero conocerlo.

—Sucede que a él le encanta salvarme el culo— insiste con lo mismo—¿Mi novio? No, a él no quieres conocerlo, está loco.

Se carcajea.

—¿Loco? ¿Demasiado? Suena aterrador.

—¿Qué tan loco? No lo sé, él mata gente, dime tú qué tan demente hay que estar para eso.

—Entiendo, te gusta jugar— sus dedos se entierran en mis mejillas, me quejo, alejándome— bonita manera de decirme que te gustan los chicos malos. Puedo ser tu tipo por esta noche.

Intentando apartarlo, doy un manotazo que le roza la cara, se enoja por eso, es claro el malestar en su expresión y yo me levanto apenas veo la oportunidad, camino a paso rápido, casi corriendo hacia la salida, pero me alcanza en esta y vuelvo a quejarme porque su agarre lastima, yo tengo piel sensible, las marcas de sus dedos se quedarán ahí hasta mañana.

—Suéltame o te jodo ese grasoso rostro, hijo de puta.

—Vamos a esperar a tu novio adentro, la fiesta continúa.

En medio del forcejeo, consigue hacerme caer, por supuesto que lo que me faltaba era rasparme las rodillas. Me arde, observo con la poca luz que hay, están sangrando y duele, he perdido la mitad de una uña al caerme porque parece que el universo me ha hecho de porcelana, estoy por gritarle que es un imbécil, pero mi limitado campo de visión, reconoce unas Timberland que sé, solo mi novio posee.

Están personalizadas, se las he regalado yo, tienen sus iniciales bordadas y me costaron siete salarios. Él me ama tanto, que parece que no usa otros zapatos que no sean estos.

Me levanto del piso con ayuda de su única mano libre, pues la otra está ocupada sosteniendo del cuello al hombre idiota que ahora sí parece haberse dado cuenta de lo mucho que la cagó, ha de estar viendo la película de su vida en su propia mente.

—¿Y este?— ve a mis piernas— ¿Te hizo eso?

—Si...

—Te dije que a este barrio no— lanza al chico de cara al suelo, escuché algo crujir— no entiendo por qué te es tan difícil obedecerme cuando te advierto las cosas precisamente para evitar estos sucesos— está enojado, pero no puede gritarme.

Alcanzo sus labios, darle besos es mi forma de pedir perdón por mis torpezas. Me disculpo con palabras al separarme.

—Lo siento.

Sonríe con los labios sellados, el piercing en el inferior se mueve solo por esa simple acción.

—Sube al auto, amor.

Obedezco, comenzando a alejarme, sé que se saca el arma del cinturón, cuento cinco disparos mientras le sonrío a Jin que sale del auto solo para abrirme la puerta del copiloto, entonces me pregunto si debería sentir culpa porque otro ha muerto a causa mía.

Pero, no, yo le advertí. Le dije que mi novio estaba loco y mataba gente.

 Le dije que mi novio estaba loco y mataba gente

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LOCO❝jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora