𝟎𝟐𝟗

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JUNGKOOK.
JEJU ISLAND, 2016.

Mis dedos tamborilean contra mis rodillas, la manera en la que mis compañeros están torturando al pobre hombre endeudado no me resulta en absoluto placentera, no tanto como debería.

Yeseol no respondió a mis mensajes.

—Creo que no entiendes bien el asunto— intentan conversar con la intención de verse más dramáticos— debes pagar ahora mismo, ya no hay plazos.

Tampoco a mis llamadas, ella no suele evadir ninguna forma de comunicación, le ordené siempre estar disponible para mí y Yeseol no me desobedece, puede enviar a todo el mundo al carajo, porque Yeseol tiene un temperamento sensible, débil, pues al más mínimo problema reacciona a la defensiva, pero en resumen, a mí no me desafía. Nunca.

—¿Jeon?— observo de soslayo— No estás haciendo nada, no es por ofenderte ni nada, pero...

—Se refiere a que esta es una misión de rango muy bajo y tú no te ocupas de estas, así que no entiende qué haces aquí.

Me levanto, dan un paso hacia atrás.

—Yo tampoco sé qué carajos hago aquí.

Este tipo es un don nadie, alguien que debe dinero, sí, pero la cantidad es tan mínima, que no vale la pena siquiera matarlo.

¿Por qué me envió a mí?

—Dijiste que tenías...

—Tengo cosas qué hacer— termino por él— supongo que lo tienen todo controlado y si no, llamen a quien los supervisa.

Ellos son nuevos y no son mi responsabilidad.

Ellos son nuevos y no son mi responsabilidad

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—¿Qué?

Estoy escuchando la cosa más ridícula en el mundo.

—Ya... ya no puede entrar aquí, señor Jeon...

—Te escuché la primera vez. Necesito la razón.

La chica parece que quiere morirse ahí mismo donde está de pie para evitar tener que hablarme.

—Este hotel volvió a ser propiedad del gobernador de Jeju, así que no puedo permitir que los subordinados de Kim entren sin más.

En un segundo, veo todo rojo.

Ella sigue hablando y yo siento malestar, mi estómago se remueve de forma casi violenta, odio este sentimiento de fatídica realización de los hechos.

—Hijo de perra— musitó, mi corazón late tan rápido que siento que moriré en este instante— hijo de...

Mi instinto hace que tome mi teléfono y marque al número de mi padre sin más, porque aunque odie la sola idea de depender de mi progenitor para algo como esto... tengo que admitir que no tengo tanto poder como aparento.

Yeseol... mi Yess. Debe estar asustada.

—¿Hijo mío?

—Kim acaba de tenderme una trampa. Acaba de joderme, papá.

Yo también estoy asustado, lo estoy por Yeseol y por la persona en la que me convertiré cuando mi enojo se dispare al máximo.

—Dime qué mierda te hizo.

—Papá, Yeseol.

—Yo me encargo, pero dime qué fue lo que pasó.

Coloco mi mano libre en mi pecho, arrugando así mi camiseta en el lugar donde puedo sentir mi corazón retumbar, como si de esa manera pudiese mantener dicho órgano en su sitio.

—Se la llevó.

—¿A tu chica?

—Yeseol es hija del gobernador.

—¡¿Qué carajos, Jeon Jungkook?!

—Kim ha vendido a Yeseol, ella estaba escapando de su padre hasta que llegó a mí y todo estaba bien, pero luego-

—Desde ya puedo decirte que no será fácil recuperar a tu novia porque ya no está en territorios a los que tengamos acceso y si irrumpimos en dichos lugares, se joderan los acuerdos de paz.

—¿Crees que me importa la maldita paz ahora mismo? Entraré como parte del bando de Kim, no afectará en nada a nuestra familia.

—El problema real es que Kim va a matarte después, vas a joderle el negocio.

—¡El plan era hacerlo tarde o temprano de todas formas!— exclamo, sigo frente al hotel al que ya no puedo entrar y la chica se ha ido— Necesitamos los negocios de Kim.

—No te presiones.

—¡¿Vas a ayudarme a recuperar a mi novia o no?!

—¡¿Vas a ayudarme a recuperar a mi novia o no?!

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LOCO❝jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora