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𝟎𝟏𝟐

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JUNGKOOK

—No me digas mierdas, chico— esto es hilarante— ¿Eres un maldito cobrador y no puedes disparar un arma de fuego? Te lo voy a pasar si eres bueno con otro tipo de arma. Dímelo.

Él asiente, lento.

—No tengo puntería con eso y tampoco manejo una pistola de ningún tipo, soy bueno con arma blanca.

—Perfecto, me sirves— señalo a Seokjin— él se queda con nosotros, dale la guía por el lugar, centro de armas, explícale cuál es nuestro rol aquí y qué reglas debe cumplir.

El mayor amplía los ojos y asiente.

—Eso fue rápido.

—Necesito capacitar a nuevos chicos, no puedo hacerlo todo yo— sé que me entiende, ninguno de los chicos que envía Kim, es bueno y tampoco duran mucho— dile al imbécil que ya no sigue con nosotros, lo moveré de equipo.

Sonríe.

—Entendido, jefe.

—Vas a reunirte con un posible comprador— otra vez, aquí vamos— vas a contarle sobre el producto y conseguir buenos precios, ya lo has hecho antes.

Jisoo entra, ve mi cara y sabe que su amado padre me ha encargado hacer el trabajo que se supone le corresponde a él.

—Vas a tener que heredarle el negocio a Jungkook— dice, en tono bromista—es el único que sabe cómo manejarlo además de tí, padre.

Él se ríe, negando.

—A Jungkook no le gustan estas posiciones dónde él es el centro de atención. Esto es mucho poder que a él le da pereza manejar.

Idiota.

—Entendido, iré en una hora.

—Claro. Oh, Jungkook— detengo mis pasos— ¿Cómo está Yeseol? Parece que se ha calmado, hace rato que no me entero de tí escapando del trabajo para ir en su rescate.

Gran pedazo de mierda.

—Está muy bien, en casa.

—Como debe de ser, esperando por su marido.

—Yeseol es muy libre— digo— si quiere salir, puede hacerlo y no me enojaré por ello, siempre y cuando no se salga de los límites— Jisoo evade mi mirada—puede divertirse y no voy a enojarme por ello.

—Eso es lindo, hijo, pero recuerda que a las chicas no se les puede dar demasiada libertad. Solo se presta para problemas.

Me encojo de hombros.

—Si Yess tiene algún problema, lo solucionaré por ella y es todo. Soy su pareja, es mi deber.— inclino la cabeza— Me retiro.

Él tiene un afán por intentar hacerme tener una imagen mala de Yeseol. Como si no supiera que desea que la deje y vuelva a sumergirme entero en el trabajo.

—Eh, Jeon— molesto, molesto— ¿Cómo es eso de que me han cambiado de equipo? ¿Qué mierda?

Giró las llaves del auto, regresandolas a mi bolsillo. Le miro.

—Necesito gente capacitada que pueda seguirme el ritmo. Deberías agradecer que te he cambiado y no algo peor.

—¿Seguro no es por tu novia?

—Me pregunto cuál es tu obsesión con ella, no puedes tener una conversación conmigo sin mencionarla o culparla de tus cagadas—siento que su sangre debe tener un aroma asqueroso— te cambié a un buen equipo, deja de llorar.

—Yo estaba muy bien en dónde estaba.

—Pues qué mal. O aceptas el cambio o te elimino, no es una respuesta para pensar mucho.

Le prometí a mi Yeseol que iba a encargarme de este personaje y lo haré, solo estoy esperando a que haga algo realmente malo que me dé razones válidas para matarlo, si lo hago solo porque sí, Kim va a estar pisandome los talones y recordándome que no puedo deshacerme de su personal solo porque quise.

No dice palabra más, subo a mi auto, tomando su silencio como el fin de esta conversación. No tengo a quién matar el día de hoy, mi enojo seguirá acumulado.