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𝟎𝟐𝟑

YESEOL

Jungkook termina de cambiarse y sé que su día de trabajo ha acabado cuando sus celulares quedan lejos. Cosa que me alivia.

—Mi momento favorito del día— lo escucho reírse mientras niega— estuviste callado todo el camino de regreso a casa.

—Estaba ocupando mi boca en la tuya, dime por qué será.

—Tonto— dejo mis aretes a un lado y me uno a él bajo las cobijas— ya, dime.

Suspira, da palmaditas a su pecho indicándome que me acueste y eso hago. Hace rato está raro, me atrevería incluso a decir que está triste.

—Sabes que... hablar con mi padre siempre me deja algo pensativo. De mal ánimo.

—¿Qué te dijo esta vez?

—Mm, estábamos hablando sobre el último socio que tuvo, no salió como esperaba y tuvo que...— con sus manos hace como si tuviese un arma y la dispara, imita el sonido— enviarlo a mejor vida. Sé que no te gusta la palabra matar.

—Tan considerado.

—Siempre. En fin, no obtuvo los resultados esperados y ocurrió algo que lo hizo volver al pasado... te conté que hubo un tiempo en el que no teníamos nada.

—Lo hiciste, fueron momentos difíciles. Tú padre se fue por un tiempo para conseguir dinero y cuando regresó, descubrió que estabas en el mal camino.

—Y no me juzgó porque el camino que él tomó fue incluso más peligroso. No importaba, igual, el punto era sostenernos de alguna manera... y que Jeonghan pudiese estudiar como tanto quería.— hace una mueca— Dijo que era lo único que extrañaba de vivir en la jodida miseria, que estábamos todos juntos.

Me reincorporo, viendolo.

—Si quieres volver a pertenecer a los Jeon...

—No puedo. Tengo que darle a mi padre la cabeza de Kim, es la única manera en la que seré libre.

—¿Y qué piensas hacer con Jisoo?

—No creo que tenga que responder lo obvio—dice, como si nada— también debe morir, si voy a darle a mi familia todo este poder...—arruga la nariz, quedándose en silencio— espera aquí un segundo.

—¿Jungkook?

Se levanta, me quedo quieta cuál estatua, viéndolo asomarse en el marco de la puerta, voltea a verme y señala al cajón, entiendo lo que quiere, lo abro, tomo el arma y se la lanzo, la atrapa por el mango y se va. El oído de Jungkook es asombroso, alcanza a percibir todo.

Comienzo a asustarme hasta que regresa y niega.

—Creí escuchar algo, no era nada.

—¿Seguro?

—Si, podemos dormir, no te angusties.

Pero él no pegó un ojo en toda la noche, yo tampoco, solo fingí que dormía para no molestarlo y pretendí despertar de la nada solo para abrazarle, besó la coronilla de mi cabeza y sus músculos se relajaron solo un poco.

Seguiría intentando convencerlo de volver con su padre. Al menos el señor Jeon si lo apoyaba y no intentaría matarlo apenas lo viese, mientras, el señor Kim sí que lo haría, tal vez no ahora, porque Jungkook es lo más valioso que posee, pero de que lo intentará, lo hará.

Y no hay una sola idea de cómo podría intentar perjudicarlo.