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JUNGKOOK

Esto es un poco incómodo.

Seokjin y Namjoon están en una esquina del gimnasio que, sorpresa, Yeseol ha encontrado no sé cómo, pero parece que le gusta venir a entrenar. Estoy seguro de que imagina que ese saco de boxeo al que tanto golpea, soy yo.

El punto es que mis dos colegas están observando y escuchando como le ruego a mi mujer que me dé algo de atención aunque solo vamos a pelear, otra vez.

—¿Podríamos por favor solucionar esto?

Se detiene, suspira y me observa.

—Vale, dime qué propones.

—Propongo que me permitas mantenerte a salvo, por favor.

—Mm ¿Como antes?— lanza los guantes casi al otro lado del lugar, me queda claro que está cabreada aunque no lo parezca— Supongo que quieres que siga siendo la esposa bella que se dedica a esconderse, satisfacer a su esposo...

—No, Yess...

—Que si se me antoja algo solo te pida la tarjeta y gaste dinero que no es mío en lo que te ocupas de tus negocios sucios, en los cuales, por cierto, nunca me he metido a fondo aunque debería porque todavía, Jeon Jungkook, quieres manejarme a tu placer— me señala, sus manos están rojas— yo creo que ni siquiera tú mismo te entiendes, hace un año estabas rogándome que entrenara, que aprendiera a pelear porque era mi obligación ser fuerte, dijiste que tal vez habrían momentos en los que no podrías salvarme el culo y que como mínimo, tenía que saber inmovilizar a alguien para escapar— ahora se señala el cuerpo, dándome esa mirada hastiada—pues ya sé hacer todo eso y ahora resulta que no te gusta, que te molesta no poder mantenerme encerradita y quieta.

—No fui yo quien te pidió eso, no sé si lo olvidaste pero-

—Si, si. Fue Jeon, no tú.— hay una pausa eterna que no me gusta—Escucha, estoy intentando con todas mis fuerzas ser quien tú quieres que sea por dos cosas, estos días no he hecho más que sentirme como la mala de la historia, la culpable de tu mal estado, de tu corazón roto y la segunda cosa es porque me alegra el alma volver a verte y aunque lo negué, aunque tuve esa actitud horrible... sigo muy enamorada de ti.

Sé que mis ojos me delatan, sé que están brillando como si fuesen dos putas linternas porque me ha encantado escuchar eso, que me da esperanzas y me llena el corazón. No me importa nada más.

—También te amo. Como no tienes una idea.

—Pero ahora hay cosas, hay comportamientos que no voy a permitir, me costó mucho ser la mujer que soy ahora y me gusta. Te amo, pero yo también tuve el corazón roto, también sufrí porque no estabas y si piensas que no me dolió o no me importó irme, estás muy equivocado— golpea el saco a mano limpia, suspiro—Jungkook, yo sé que hice mal en irme, que no era la manera, yo lo sé. Pero esa decisión, creas o no, nos ayudó mucho a ambos.

Asiento, girándome para encontrarme con esos dos todavía allí. Incluso parece que analizan la situación hasta que con un movimiento de mi mano les pido de forma sutil que se larguen de aquí y lo hacen, cerrando la puerta de mi gimnasio.

Me regreso a Yeseol.

—¿Quieres decirme algo más?

—Creo que no, puedes hablar ahora.

—Bien— paso mis manos peinando mi cabello hacia atrás, no soy el mejor expresandome, por eso me tomo unos segundos para ordenar las palabras que voy a soltar— Necesito que sepas que me alegra mucho que ya no dependas de mi para nada, no me molesta que ahora seas fuerte, no, es que no me molesta absolutamente nada de la mujer que eres ahora, a esa también la amo incluso más de lo que amé a la Yess del pasado, a ella la hacía feliz ir a fiestas y a la nueva le fascina el ejercicio. Me parece perfecto.

Parpadea, es que estoy controlando mi tono, gritar no sirve de nada, pero yo soy explosivo.

—¿Pero?

—Pero yo no. Yo sigo dependiendo de ti, yo necesito saber cuántas putas respiraciones estás dando por minuto y si pudiera respirar el mismo aire, lo haría, quiero cuidarte porque si no lo hago, hay una posibilidad mínima de que te pierda y si te pierdo, no me queda nada más que cavar mi tumba al lado de la tuya porque no planeo vivir más de lo que tú vivas. Todavía quiero darte la vida que te prometí hace años, para eso estoy trabajando tanto, para eso estoy eliminando a todo ser viviente que sea una amenaza y hasta que no lo haga, no podremos estar tranquilos.— dejo de apretar los puños— Lo siento, no es mi intención hacerte sentir inútil o mantenerte ajena a todo, es solo mi instinto alejándote del peligro, sé que tengo que regularme mejor de lo que lo hago ahora... diablos. Terminaremos esta conversación en otro momento.

Finalizo ahí, necesito un minuto o toda la tarde, lastimosamente no tengo toda la tarde. Agradezco que me de mi espacio, no me persigue y tampoco me llama de forma insistente.

No estoy acostumbrado a tener discusiones con ella, antes, como mucho, discutíamos una o dos veces en meses y eran tonterías.

Esto es más complicado.

Esto es más complicado

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LOCO❝jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora