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𝟎𝟐𝟕

JUNGKOOK
JEJU ISLAND, 2016

Mi cabeza y corazón estaban con Yeseol, ella todavía preparaba sus cosas para mudarse conmigo, pasaré a buscarla en la noche, cuando termine aquí.

—Te esperaré en el auto— Hoseok golpea mi espalda, asiento— te ves radiante, no tengo ni qué preguntar la razón.

Se va, una media sonrisa se me escapa y niego, buscando un lugar en el que pueda esconderme para... llamar a mi padre. Siento que debo decirle.

Hay un sitio, en el estacionamiento, siempre tenemos los mismos dos autos allí, puedo llamarlo estando en el medio de ambos.

No me preocupa que no conteste porque él siempre lo hace, esta vez no es diferente pues al primer bip, su voz gruesa y llena de sorpresa me saluda.

—Hijo.

—Pa...

Se queda en silencio un par de segundos.

—¿Estás en problemas? ¿Necesitas algo?

—No, está bien. Me hice en un sitio para poder hablar.

—Bien, pensé que habías matado al sujeto equivocado y necesitabas que te salvara el culo.

—Nunca he necesitado que-

—Sé que no me necesitas— interrumpe— aunque me gustaría que, al menos una vez, me pidieras ayuda.

Él dice que le duele cuando no sabe de mí, incluso cuando hablamos hace pocos días.

—Llamé porque...— vuelvo a sonreír, es sin querer, solo pasa— me... me sucedió algo muy bueno... yo... es decir, antes de esto que sucedió, también ocurrió algo increíble que no pensé que pasaría.

—¿Qué fue eso increíble que pasó primero?

Relamo mis labios, viendo detrás de mí, asegurándome otra vez de que estoy solo.

—Conocí a una mujer...— empiezo, casi puedo ver su sonrisa— una gran mujer que, bueno, me gusta tanto... siento que la amo.

—¿Tan fuertes son tus sentimientos por ella? ¿Cómo para decir que la amas?

—La amo. Creo que ya la había mencionado antes, la conocí el año pasado— resoplo una risa— se llama Yeseol.

—Y ella te gusta mucho.

—Sí. Le he pedido que se mude conmigo, mm, Kim la conoce... sabe de mi vida problemática.

—También debe saber que no estás muy cuerdo.

—¿Y tú lo estás?

—No hablamos de mí. Quiero conocerla.

—Luego— prometo— me regaló unas botas geniales. No sé, papá, estoy sintiendo muchas cosas y no tengo idea de cómo se llaman la mitad de ellas. Me refiero a las emociones.

—Parece que todavía tienes problemas con eso de identificar lo que expresas.

—Normalmente no expreso nada, solo no sé cómo se llama cada emoción que tengo.— sacudo la cabeza—Pa.

—Habla.

—Yeseol está embarazada. Eso es lo segundo increíble que pasó.

Hay un toque en mi espalda, me giro todavía con el teléfono en mano.

—¿Disculpa?

Cuelgo. El señor Kim me sonríe y luego suelta una carcajada.

—¿Viste un fantasma o por qué me observas de esa manera?— niego— Necesito que vayas a arreglar un asunto con los Chae, están a las afueras de la Isla, la esposa del matón este me debe una buena suma, cobrale, si no paga, la matas.

—¿No tienen tres hijos?

—Si, pero no entiendo por qué es relevante. Haz lo que te pido, luego vas a Busan, es hora de una depuración en los barrios bajos.

Asiento.

—Iré mañana.

—No, esta noche, luego de los Chae.— estoy por objetar— Ya hablamos sobre que tu novia no iba a ser una distracción para tu trabajo y quiero mi dinero, Jeon. Cumple y tráelo.

No me permite decir nada y se va sin más, maldigo, dejando el sitio y buscando mi auto mientras en la lista de contactos, que son pocos, busco el de mi novia.

Novia

¿Está bien si paso por ti mañana en la madrugada? Tengo trabajo, cuídate muy bien.

Prometo estar antes de que despiertes.