❝¿Mi novio? No, a él no quieres conocerlo, está loco... ¿Qué tan loco? No lo sé, él mata gente, dime tú qué tan demente hay que estar para eso.❞
➤Portada preciosa de @ohmyjooon.
En este instante... no sé siquiera cuál es mi nombre, solo sé que mi cuerpo, mi alma y cada partícula que me compone como ser vivo, duele. Creo que se ha formado un cráter en el lugar justo donde va mi corazón.
Siento soledad, perdición. Ahora sí logró quitármelo todo, pero, tal vez fue mi culpa, quizás... he cedido muy fácilmente, yo lo he permitido.
Merezco morir, todo esto que me está pasando tiene que ser mi culpa, algo debo estar pagando, aunque mi conciencia me dice que debo estar tranquila y superarlo porque he pasado por cosas malas... ninguno de esos tropiezos o golpes pueden compararse con esto.
Me pregunto si Jungkook me odiaría si se entera, tal vez, existe la posibilidad de que no le importe tanto, de todas formas, un bebé sería un problema en su trabajo.
La puerta se abre brusca, estoy a punto de fingir inconsciencia porque es mi padre, sin embargo, él entra y cierra la puerta con todas sus fuerzas y se mantiene apoyado en ella, tomo asiento con cuidado y me quedo viéndolo ya que él hace lo mismo.
Es la primera vez que veo esa expresión en su rostro.
—Yeseol...
—¿Estás...? ¿Estás asustado?
No me responde, entonces, hay golpes en la puerta, no puedo moverme, así que, ayuda no brindaré, realmente no soy capaz de levantarme de esta cama. La puerta retumba con tantos golpes, cada uno más fuerte que el anterior, la madera comienza a quebrarse, me cubro con la delgada sábana esperando lo peor hasta que mi padre debe quitarse porque la puerta se va a romper.
Y lo hace, se rompe, la cerradura cae al suelo y el aire abandona mis pulmones por la aterradora y al mismo tiempo, refrescante imagen.
Jungkook es un desastre embarrado en sangre, con una mano arrastra un cuerpo, está tomándolo del cabello y si me levanto un poco, puedo ver qué se trata del doctor, lo lanza entonces frente a mi padre que grita cuando la sangre le salpica, logro ver el corte en todo su cuello.
—No mires— Jungkook me habla y me mira por primera vez desde que entró—no veas eso, amor.
Amor.
¿Seguirá diciéndome así cuando sepa que he dejado que me quiten a nuestro bebé? No hago más que asentir, cuando levanta el arma de fuego porque la navaja se la ha dejado clavada al doctor en la yugular, lo detengo.
—N-No puedes— le recuerdo, si hace eso, lo condenarán—n-no puedes matarlo.
—Claro que puedo— está cabreado a morir, conozco ese tono de voz— él mató a mi hijo, pues yo le mato a él.
Me destrozo en mil pedazos, entonces no tengo que decirle, ya lo sabe y por eso sus ojos brillan tanto, no está enojado, está jodidamente triste y esa tristeza le ha consumido por completo.
Pero incluso sabiendo lo que pasó, sigue aquí, por mí. Las ganas de volver a llorar me atacan de manera agresiva, casi violenta, mi pecho salta por culpa de mi horrible respirar y vuelvo a negar.
—Aún así, no puedes— me cubro el rostro— será todavía peor si lo haces.
—Yess. Amor.
—¡No puedes!— lloro desconsolada—¡Solo llévame a casa!
No quiero podrirme aquí.
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