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𝟐𝟑

JUNGKOOK

—Vamos.

Camino a un fin o una victoria, salir de la mansión nunca fue tan difícil, Seokjin venía detrás de mi, Taehyung estaba cuidando a Yeseol, su rostro se mantenía serio, sin expresión, sabía que Yoongi le había dado la más grande de las órdenes y esa era cuidar a la única familia que todavía tenía viva.

Seokjin conduciría, Taehyung iba de copiloto y nosotros dos estamos atrás, por el rabillo del ojo puedo ver perfectamente como todos mis hombres se mueven en sus autos y en distintas direcciones, siendo más específicos; a puntos de ataque, la mitad de ellos comandados por Namjoon.

Ese grupo tenía una tarea especial. Sonreí a medias y escuché a Seokjin hablar usando su micrófono.

—Retrasenlo tanto como puedan— arrugué la nariz, entonces me comenta lo que ya temía— tu padre quiere entrar a la isla.

—Que no entre— suspiro, viendo por la ventana— su lugar es Seúl, no tiene nada que hacer aquí.

Yeseol aprieta mi mano. Cuando tomé el poder que pertenecía a Kim y pude devolverle a mi padre todo ese imperio y reconocimiento para los Jeon, decidí unos meses más tarde que ya no quería mantener ningún lazo con él, no porque me hubiese hecho algo malo, más bien, pensé en que era lo mejor para mí corazón y el suyo.

El único hilo que no pude cortar es el que tengo con mi esposa, los demás... es por un bien general. Que no sufran por mí.

—Tal vez quiere evitar alguna locura.

—Jin— le miro por el espejo retrovisor— he dicho que no.

—Entendido.

Todavía me resulta imposible de creer... esto de saber que poseo tantos sentimientos cercanos a la empatía y que puedo esfumarlos en dos segundos si así le ordeno a mi mente que sea, es algo increíble y al mismo tiempo, perturbador.

A mí padre va a dolerle no saber nunca más de mí, porque soy su hijo y por poco la misma persona. Pero solo será durante un tiempo, él lo superará y seguirá adelante, quién sabe, tal vez cobre las venganzas que yo no pude.

Es más fuerte que yo, lo admito. Mi hermano le ayudará a superarlo.

Llegando a la entrada de este asqueroso lugar, estoy constantemente viendo a Yeseol, analizando su reacción. Permanece neutra e incluso hay una chispa de gracia en sus ojos cuando nota la sorpresa de los guardias al vernos llegar únicamente con dos guardaespaldas.

Eso me afirma que esperaban una multitud de hombres cuidándome la espalda, pues ellos son muchos, demasiados y están rodeando la casa entera.

—No recuerdo haber permitido a tanto intruso en mis territorios— suelto, tranquilo, deteniendo al hombre de intentar revisarnos— ellos traen mis armas, yo estoy limpio.

Esa rata, tiene el descaro de poner condiciones aquí, en mi puta isla. No permito que despojen a Seokjin y a Taehyung de dicho armamento, decidiendo que entraremos sin más, no vamos a quedar en desventaja.

Tampoco dejo que Yeseol suelte mi mano, no es que tenga intenciones de hacerlo, pero me preocupa que siga sin soltar palabra o emoción.

—Yeseol.

—Estoy bien, solo molesta— respira profundo, vemos la puerta de metal abrirse pues toda esta casa parece más una fortaleza que un hogar como tal— voy a encontrarme con quién mató a casi todos mis posibles hijos.

A este punto no me importa que Seokjin y Taehyung estén escuchando eso. También Namjoon, es lo más seguro.

—No te preocupes, amor— le tranquilizo, cierro los ojos un segundo— eso voy a cobrarselo con intereses.