𝟎𝟐𝟖

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YESEOL
JEJU ISLAND, 2016.

Me dejé caer sobre la cama y respiré profundo, empaqué todo menos lo que pertenece al hotel, evidentemente, de paso guardé algunas cosas que Jungkook dejaba aquí cada vez que se queda a dormir.

Entre ellas, la chaqueta que llevo puesta y todavía tiene su colonia impregnada, así que me abrazo a mi misma mientras respiro esa dicha y cierro los ojos.

Quisiera poder contarle a alguien sobre mi embarazo, es algo triste no tener a nadie, no quiero ser malinterpretada, sé que tengo a mi novio, pero, a veces, recuerdo a mis hermanos... a ellos les habría alegrado saber que tengo la posibilidad de cumplir aquel deseo de ser mamá.

Todavía es irreal, desde muy pequeña, dije que cuánto tuviese mis hijos, sería la mejor madre del mundo, que al menos lo intentaría y ahora, podré experimentar, aprender. Abrazo mis estómago y sonrío, estaba tan asustada de estar sola, me daba miedo pensar en que Jungkook no me apoyaría, que saldría corriendo en cuanto lo supiera dejándome a mi suerte.

Mi hermano, Yoongi, siempre me dijo lo mismo:—Este país está lleno de matones y ninguno es de confianza, así que, en el momento en el que la cagues, ya sabes que estás sola.

Lo que es curioso porque él, según dicen, se involucró con una mujer narco veterana, aunque lo dudo mucho, el Yoongi que conozco no es ese tipo de hombre.

Estoy por dormirme a la espera de Jungkook cuando escucho la puerta abrirse, todo rastro de sueño desaparece y me coloco de pie.

—¿Acabaste antes? Creí que tardarías demasiado—tomo la mochila, la cuelgo de mi hombro—¿Crees que sea muy rápido para usar la excusa de que me duelen las piernas para que me lleves cargada hasta el auto?

—Bastante pronto y abusivo, tu madre nunca me pidió tal cosa cuando estuvo embarazada de todos ustedes— me congelo en mi lugar— no puedo creer que realmente fuiste lo suficientemente estúpida como para embarazarte de un matón, Kang Yeseol.

Siento el aire helado recorrer mi espalda y erizarme la piel, mi padre siempre ha dado miedo, desde que tengo memoria, he tenido la mala suerte de convertirme en el blanco de su desahogo.

¿Se enojaba? Me buscaba por toda la casa para golpearme y así se le pasaba, si hacía ruido al comer, si no doblaba mi ropa interior correctamente o expresaba mi necesidad por algo básico como lo era un jabón o una toalla sanitaria, con solo hablar, él ya estaba listo para ''sacarme la mierda completa que tenía en la cabeza'' a golpes.

Aprieto mi teléfono contra mi pecho, si Jungkook llegase en este instante, mi padre podría hacer uso de su poder y arrestarlo.

Tendré que arreglarmelas sola.

Me giro en su dirección y no me sorprende ver qué ha traído a dos de sus mejores hombres consigo para evitar que se me ocurra alguna hazaña para escaparme otra vez.

Recuerdo entonces algo importante.

—¿Qué haces en los territorios de Kim?—levanta ambas cejas— Sabes que no eres bienvenido, la última persona que quiere ver en el mundo es a tí.

—Mm, sí. Este hotel vuelve a ser mío luego de una larga negociación y mucho dinero de por medio. Vuelve a casa de la manera fácil, hija.

No tengo escapatoria.

No tengo escapatoria

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