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𝟎𝟏𝟖

JUNGKOOK

Veo a Jisoo muy emocionada por esa fiesta, su padre se alegra de verla contenta y me observa.

—¿Por qué no me haces otro favor? Lleva a Jisoo a esa fiesta.

Esto es incómodo, Jisoo lo nota.

—No me invitaron a mí con él, lo invitaron con Yeseol. A mí me invitó uno de los hijos de tu socio.

—¿Y? A Jungkook no le importará llevarte. Es una orden.

Si no tengo opción.

—Estoy seguro de que a Yeseol le encantará ir si Jisoo también irá, yo acepté la invitación solo por trabajo.

—Así es, debes vigilar los movimientos de mis aliados y al primer percance, despedirlos del mundo— se pone de pie, estamos en la sala de su hogar— no te recomiendo llevar a Yeseol, puede ser... peligroso.

—No se preocupe, señor. No es peligroso si yo estoy cerca para cuidar que nada le pase— observo a Jisoo de reojo, ella mira al suelo— también velaré por el bienestar de su hija, es mi trabajo.

Se enoja, es obvio.

—Jisoo, sube a tu habitación. Hablaré con Jungkook sobre asuntos que no te conciernen.

De muy mala gana, obedece, sus tacones golpean con violencia el suelo al caminar, permanezco de pie sin verlo a los ojos.

—¿Ocurre algo, señor?

—Siempre quieres involucrar a Yeseol en todo, incluso en el trabajo.

—Le aseguro que no es así, es lo que más evito. Pero esto no es trabajo, es una fiesta, a ella le gustan las fiestas, además, Jisoo disfruta mucho la compañía de Yeseol.

—Si, si. Lo has dicho cientos de veces y yo también repetiré lo mismo, que estar con ella no te distraiga de tus obligaciones, eres otro desde que la conociste.

Levanto la cabeza.

—Siempre he sido el mismo con usted, señor. El Jeon de siempre.

—Ah, con ella es diferente.

—Con ella soy Jungkook.

—¿Y no puedes ser Jungkook con Jisoo?

Suspiro.

—No, señor, no puedo. Lo siento.

Coloca su mano en mi hombro, hace presión, ya no tiene la fuerza como para obligarme a sentarme, por lo que solo cedo y tomo asiento por mi cuenta.

—¿Recuerdas cuando Yeseol tuvo el aborto?—no respondo— Luego tuvo un segundo, un tercero y tal vez hubo un cuarto aborto. Estabas destrozado, habías comprado esos artículos para bebés, pensaste en muchos nombres y nunca se pudo concretar ese único sueño que tenías.

—Todavía podemos-

—No hay que forzar el destino, hijo. Ella es el problema.

—No lo es. Ambos sabemos de quién es la culpa.

—Jisoo es una mujer completa, saludable. Ella tiene sus ojos en tí y tú no te has dado cuenta de su interés, ni siquiera quisiste darle una oportunidad a estar juntos.— se sienta frente a mí, sé que tal vez los demás que están rondando puedan escuchar esto—Quiero tenerte en mi familia, Jungkook, eres mi mano derecha, nuestro éxito se triplicaría si fueras lo suficientemente listo para darte cuenta de a dónde perteneces, del poder que tienes en tus manos. Si tu padre te escuchara...

—No me compare con mis padres, señor. Los dejé a ellos para servirle a usted, no quiero arrepentirme de haberlo hecho.

—Y aún así ellos te dejaron todo a tí.

—Y gran parte de ese todo, se lo vendí a usted. No hay más poder que pueda ganar, no soy ningún beneficio de oro.—él no me dejará ir nunca— Jisoo debe ser una chica maravillosa, pero no la persona para mí. Ya lo habíamos hablado.

Su espalda choca contra el sofá, me ve fijamente.

—¿Es tu última palabra?

—Lo es. Ya no hablaré más del mismo tema y espero que deje de esparcir rumores de una unión que no existe.

Sus antebrazos se apoyan en sus rodillas.

—Ahora qué haré con el corazón roto de mi hija.

—Jisoo no me quiere.

—Eso aparenta.

Arrugo el ceño, veo escaleras arriba.