𝟏𝟐

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YESEOL

Decidí darle un tiempo, una hora fue mi máximo, entonces cuando fuí a buscarlo, estaba ocupado haciendo sus cosas de líder, así que me ví en la obligación de darle otras dos horas más dónde caminé la casa entera, me sentí como cuando vivía con mi hermano, de nuevo, todo el que me veía tenía algo que susurrarle a otro.

Algo gracioso; ahora hay mujeres trabajando para los Jeon, deben ser muy buenas si él lo permitió, lastimosamente, están cuchicheando entre ellas sobre mi, lo hacen muy obvio, yo me encuentro sentada en uno de los banquitos de esta sala de entrenamiento recién descubierta por mí y ellas están solo a unos veinte pasos, me miran, luego hablan y vuelven a mirarme. Se ríen y repiten el proceso.

—Ellas son fuertes— levanto la vista, Seokjin se sienta en el banquillo junto al mío y me sonríe— pero tienen una lengua viperina.

Me encojo de hombros.

—Ya estoy acostumbrada.

—No debió ser lindo ese proceso para llegar a la costumbre, que la gente hable mierda de ti puede llegar a desconcentrarte.

—Digamos que en este tiempo aprendí que no soy el centro del universo, pero aún así seré el centro de atención por momentos. Hay que dejar que la gente hable y haga lo que quiera, dudo mucho que se atreva a golpearme porque me odia.

—Tampoco creo que lo intente, el mismo Jungkook las mataría— señala a la pelirroja con el mentón— Cabeza de zorro estuvo detrás de las nalgas de Jungkook todo el año.

—Lo sé, mi hermano me comentó sobre una gran parte de la población femenina queriendo ocupar mi lugar y aunque no me hubiese quejado con él si decidiera estar con otra... sé perfectamente que no sería capaz.

Él asiente.

—Claro, tu confianza en Jungkook siempre ha sido inquebrantable, casi ciega— vuelve a sonreír con malicia— ¿Te gustaría entrenar conmigo, fortachona?

Mis cejas se arquean y me emociona la idea, no lo voy a negar, sería asombroso poder hacerle frente a la mano derecha de Jungkook, por lo que no lo pienso mucho y asiento.

—¿Qué tienes en mente?

—Aunque, me gustaría hacerlo más divertido— otra vez, observa a las chicas— me contó un pajarito que eres buena con los golpes de puño cerrado.

Afirmo con la cabeza, inocente.

—Entrené mucho con Taehyung en sacos de boxeo. Mis golpes con derecha son dominantes.

—Perfecto. Hagamos eso.

En esta sala no hay zona de boxeo, por un momento pienso que quiere que tengamos un combate de solo golpes, pero entonces caigo en la cuenta de que si no deja de observar a las chicas es por alguna razón, así que me muestro sorprendida y antes de poder decir algo, las llama.

—Ay no, Seokjin.

—Yo no puedo golpearlas, se vería mal. Pero tú si puedes.

—Estás loco.

—¡Vamos! Por los viejos tiempos, cuando tú me defendías.

—Lo hacía, pero no a golpes, solo con palabras y buscando la paz.

—También envenenabas gente, no te hagas.

—Nos van a regañar.

—Piensa en que cabeza de zorro le enseñó las tetas a tu marido para engatusarlo.

Arqueo mis cejas, indignada.

—¿Perdón?

—Esto es hilarante, Yeseol

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—Esto es hilarante, Yeseol.

No digo nada. Jungkook se concentra en curarme el pómulo izquierdo, ha Sido el único golpe que han logrado darme y mi excusa para pelearme con esa chica ha sido que me buscaron problema y ofendieron a Seokjin, lo que no dista mucho de la verdad, pero ajá.

—No tienes que hacer esto, estabas trabajando. Puedo encargarme sola.

Continúa muy serio, sigue molesto y aburrido con nuestra situación, no dice nada, sigue haciendo lo que quiere.

—Seokjin dijo que le tiraste un diente.

—No mintió.

—No puedo creer que hicieras eso, sigo procesando lo que sucedió— deja el algodón a un lado, suspira— al menos es lo más emocionante que ha ocurrido en mucho tiempo, los demás están riéndose y hablando de lo sucedido y de tu buen gancho.

—Jungkook.

—¿Mm?

Tomo aire.

—Lo siento— niega— en serio, lo siento. Todo lo que hacemos es pelear.

—Estaba pensando en que, es verdad que ya no somos como éramos antes de que te fueras y en todo lo que estoy haciendo mal. Empezando por obligarte a estar aquí... yo... ah, carajo. No voy a exigirte nada, Yess, si quieres irte con tu hermano otra vez, puedes hacerlo.

Me deja atónita, ahora soy quien niega.

—¿Cómo se te ocurre que podría volver a dejarte? Tu mismo lo dijiste, no puedes no tenerme, lo mismo aplica para mí, tampoco puedo no tenerte ahora que estamos juntos otra vez.

—Es que ya no sé qué más hacer para que seas feliz, claramente aquí no lo eres.

—Es que ya no sé qué más hacer para que seas feliz, claramente aquí no lo eres

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LOCO❝jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora