LOCO❝jjk

𝟎𝟔

YESEOL

—No creo, no lo sé.

—Puedes considerarlo, a mí me parece muy buena idea, además, dices que no quieres aburrirte y un día ya no tendré espacio para más tatuajes— sonríe— Jin disfrutaría de ser un lienzo.

Seguro diría que se siente honrado de llevar algún tatuaje hecho por mí. No hablamos más del tema, Seokjin lidera el camino en su auto, nosotros vamos detrás de él y a nosotros nos siguen otros autos con todo el que parece ser el equipo completo que cuidará las calles de Jeju.

—Recibí un mensaje de Jisoo, ya sabe que iremos y está emocionada.

—Tienes que ayudarme a mantenerla bajo control, ya sabes lo rebelde que es, aunque, bueno, tú no te quedas atrás— bufé, solo un poco, toma mi mano izquierda— ya no tienes uñas largas, tu cabello está negro y...

—Se ha ido el flequillo.

—Como amaba ese flequillo. Pero, te ves preciosa— da un vistazo al retrovisor— debo pedirte algo.

—Suena a que algo malo ocurre.

—O puede ocurrir— lo escucho, está conduciendo, así que no me mirará— a partir de este momento, nadie que nos rodee es de confianza.

—¿Ni siquiera Jin?

—Ni siquiera él. Pueden hablar, todo eso, mientras yo esté en casa, si él te invita a algún lado, te niegas, si llega a casa y estás sola, no le abres. A nadie, no solo aplica para él, para todos.

—¿Por qué?

No me responde, continúa.

—Si quieres salir con Jisoo, está bien, pero me llamas antes de irte y así yo sabré dónde estás. Nadie, escúchame bien, Yeseol, no vas a aceptar ayuda de nadie— relame sus labios— si estás por fuera y te encuentras con cualquiera de ellos, te ofrecen llevarte a casa, dime qué responderás.

—No, mi novio ya viene por mí.

—¿Si insisten?

—Les diré tu nombre.

—¿Y si eso no funciona?— no quiero tener que recurrir a ese método— Yeseol.

Suspiro.

—Les disparo.

—Es exactamente lo que debes hacer, tus manos ya no tiemblan, sabes disparar un arma, si llega a ser necesario, no dudes en acudir a eso— nos detenemos por el semáforo en alto— no tienes que matar a nadie, lastimarlos es suficiente, te ayudará a ganar tiempo para correr, a veces yo estoy demasiado lejos y no puedo llegar a tí en un parpadeo, necesito que mientras yo estoy pisando el acelerador, tú puedas mantenerte a salvo.

Su mirada es seria, asiento, para su tranquilidad.

—Entendido. Te amo.

—Te amo.

Me encuentro anonadada, Jungkook se inclina para verme la cara de tonta que tengo y asiente a la mujer de bienes raíces.

—Le encanta.

—¡Es perfecto!

Los colores, las vistas, son dos pisos porque es un penthouse con preciosas escaleras de caracol y un ascensor que no entiendo para que está ahí, pienso en que cuando cuelgue todos los cuadros con nuestras fotografías, se verá y sentirá como un hogar.

Volvemos a estar solos, le miro.

—¿Estoy perdonado?

—Nunca me enojé contigo— me abrazo a mi misma— solo, ya sabes que volver a Jeju es algo fuerte.

—Me siento igual. No eres la única que no quería volver aquí.

Niego, no quiero arruinar el buen humor.

—Pero, hey, aquí nos conocimos— me cuelgo de sus hombros, sonríe mientras afirma con la cabeza— aquí te compré las botas que traes puestas y que no te quitas nunca.

—Me gustan mucho. Por alguna razón no encuentro modelos parecidos.

—Son personalizadas, mi hombre bello, por supuesto que no encontrarás nada igual.

Pienso en que podría intentar conseguirle otro par, diferente, pero de su gusto, ya que parece adorarlas tanto. Llaman a la puerta.

—Ya sabes, solo conmigo aquí, entra gente— asiento, dice que abrirá, antes de hacerlo, me advierte una última cosa— tampoco confíes en el señor Kim.