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𝟐𝟐

JUNGKOOK

Todo estaba preparado, a pesar de que yo sé de todo lo que Yeseol es capaz, de que conozco y admiro su fuerza actual, física y mental, no puedo evitar que el miedo me corroa. Le veo parpadear tras terminar de colocarse las lentillas, Namjoon es un genio, no sé cómo logra todas estas cosas, el audífono que llevamos solo podría notarse si alguien me respira en el cuello.

Envidio la mente de ese hombre.

—Es la primera vez en toda mi vida a tu lado que veo miedo en tus ojos— la escucho decirme, estoy siendo lo más transparente posible para ella—tenemos que confiar en que todo saldrá a nuestro favor.

—Sabes que odio la falsa esperanza.

—No es así.

Se acerca, termino de ajustarme el cinturón, ella abrocha los últimos botones de mi camisa. Pensé que optaría por usar un vestido, el filipino probablemente llevaría a Jisoo luciendola como una esposa trofeo, eso es lo que hacen todos los jefes de mafia, sin embargo, mi mujer es más práctica, lleva unos jeans, una blusa y chaqueta. Todo muy ajustado a mis ojos, pero he descubierto que le va bien moviéndose con ese tipo de ropa.

Relamo mis labios.

—Esta es una cacería, amor.

—Lo sé, yo me ocupo de Jisoo y tú de su esposo— mi intención es no mirarle a los ojos, pero termina tomando mi rostro para obligarme a ello— Jungkook, hablemos sin filtros, tenemos unos minutos antes de tener que salir allí.

—Yess.

—¿Tienes miedo a morir?

Bufé.

—Tengo miedo a verte morir, sabes que puede pasar, importa una mierda si yo muero.— tomo sus manos, sintiendo su calidez— ¿Sabes qué haré si mueres? Irme contigo.

—¿Y crees que yo pienso distinto a ti? Si tú das tu último respiro, nada tengo qué hacer en este mundo, también me iré contigo.

Apoyo mi frente contra la suya, siento sus brazos reconfortarme en un tipo de abrazo.

—No creí que volveríamos a hablar de nuestra posible muerte. Ya sé que tenemos muchos karmas que pagar y que la vida no nos quiere juntos...— sonríe con diversión—pero...

—El universo sabe que somos un error explosivo para el mundo.

—Dos almas corrompidas que se juran amor eterno.

—Si, eso somos. Pero no importa, cuando nos casamos, lo sabíamos, que estaríamos retando a todo y todos— beso su nariz— me arrepiento haberle dado la razón a todo el que decía que no debíamos querernos... me arrepiento de haberme ido todo un año.

—No pensemos en eso ahora.

Mi boca busca la suya en un ruego por consuelo, entonces nuestra promesa de hace años todavía estaba presente en Yeseol. La de morir si el otro moría.

Muerde antes de separarnos.

—Haz lo que tengas que hacer, yo haré lo mismo.

—Solo espero que no se atreva a ponerte un dedo encima o volveré a mis viejas costumbres.

Carcajea y niega.

—No te preocupes, no creo que se atreva, no cuando todo el mundo sabe que tengo un novio loco que mata gente.

Gruño, abrazándola, sé que me emociona mucho lastimar, sin embargo, si pudiera evitar todo este reencuentro con Jisoo, lo haría.

Si pudiera devolver el tiempo, la habría matado con mis propias manos.

Día de la reunión.