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𝟎𝟗

ACTUALIDAD
YESEOL

Tengo que admitir que, cuando Jungkook no está en casa, Jisoo es mi mejor compañía.

—¿Ves a esos dos incógnitos de ahí?— enfatiza haciendo comillas con sus dedos al pronunciar incógnitos— Matones de papá, encargados de vigilarme.

—Él solo intenta cuidarte.

—Papá es una mala persona, Yesi. No puedo creer que con todos estos años que han pasado, tú todavía pienses en él como alguien bueno.

—Ya, Kim Jisoo.

—Él te aprecia y está agradecido contigo, pero eso no lo hace alguien de confianza— suspira, viendo a sus manos antes de tomar el vaso con batido de mora— no es un buen padre, pero, bueno, al menos no somos pobres.

Jisoo siempre recalca el hecho de que su padre no le dio cariño, pero, al menos no la hizo crecer en la miseria.

—En mi caso...— nunca hablo de mi padre con nadie más que con Jungkook, porque es algo de ambos y a mí me cuesta mucho abrirme sobre eso—no considero a mi padre un ser humano, siquiera.

—No tengo idea de qué fue lo que ese señor te hizo, pero, debe ser extremadamente grave si te expresas así de él. Lo mismo hace Jungkook, cuando algunos hacen bromas sobre su novia siendo hija de un personaje importante, los manda a callar de un tiro o a golpes.

—En nuestro nada oficial matrimonio, mi padre es el equivalente a Voldemort; innombrable— la observo—Oye, dime si sabes... si acaso ocurre algo entre tu padre y Jungkook.

Arruga la nariz, niega.

—No estoy enterada de nada— demonios— ¿Pasa algo? ¿Qué dijo Jungkook?

—Me está prohibiendo muchas cosas y pidiéndome que no confíe en nadie. Tu padre incluído.

—Eso no me lo esperé... ¿Quieres que averigüe si tienen algún problema? Tal vez Choi lo sepa o incluso el mismo Seokjin.

—Tampoco sé si Seokjin hizo algo, porque tengo prohibido quedarme con él a solas, a casa nadie puede entrar si Jungkook no está presente.

—Quizás solo está siendo tóxico y controlador. Como siempre, porque el demente del que se te ocurrió enamorarte no consciente que alguien te mire— rueda los ojos— ya perdí la cuenta de a cuántos a matado solo por pronunciar tu nombre.

Sonreí, divertida.

—No le digas así, él es mucho más que un asesino.

—Tienes razón, es un celópata medio rarito que se ríe viendo sangre en sus manos, nada más que eso.

—También está lleno de amor, es protector, guapo, lindo y es mi familia, mi amor. No te olvides de eso.

—Bueno, sí, admito que él me agrada, me ha cuidado el culo muchas veces, no por voluntad propia, pero lo ha hecho igual.

Me río con ella, recibo un mensaje de un número desconocido, tengo el teléfono en la mesa y leo desde aquí.

Hola, amor, soy Jungkook, no vayas directo a casa, pasaré por tí y nos vamos juntos. Envíame la dirección, mi vida, te adoro, adiós.

—Llévate el otro teléfono, este me lo quedaré yo.

Sale de la habitación, lo sigo.

—¿No reconoces el número?

—No tengo jodida idea, pero voy a rastrearlo. Ahora, te pregunto— se gira, ambas manos en su cintura— ¿Por qué es tan difícil que hagas caso a lo que digo?

—Es que-

—¡No salgas de los territorios de Kim!—grita— Es una simple orden, Yeseol, no tiene gran nivel de dificultad y si tengo que repetirlo, pues lo haré; no estamos en Seúl, estamos en Jeju y tú no pareces entender que, fuera de los límites de Kim, no tengo ningún poder, si te ocurre algo...

—Estábamos en una cafetería, Jisoo quería ir allí y los hombres de su padre nos estaban cuidando, no ví problema en su momento.

—Tienes un novio que se encarga de cuidar cada paso que das, guardaespaldas no necesitas— cruzo mis brazos— hablaré con Jisoo.

Va hacia la puerta, de nuevo, le sigo.

—¿Para qué? ¿Sobre qué?

—Si tanto quiere verte, que sea en un lugar que esté permitido, de lo contrario no voy a permitir que siga arrastrandote en sus actos de rebeldía, ya es una adulta, tiene que ser más consciente del peligro de sus acciones.

Logro ponerme entre su cuerpo y la puerta, niego y recupero el aire perdido en esa mini maratón.

—Entiendo que estás enojado, lo siento, no pensé que fuese malo porque estaban cuidando de ambas, así que solo fuí.

—Sí, fuiste y no me llamaste para avisarme dónde estabas, con quién y más. Cuando te pido que me reportes cada cosa, no es un puto chiste, hablo en serio— se frota el rostro con ambas manos— ¿Acaso quieres que sea como el resto de estos idiotas con los que trabajo? Ellos malditamente encierran bajo llave a sus esposas, hijos, todo el día, a veces no es porque quieran cuidarlos, simplemente porque les place— se golpea el pecho—Yo intento cuidar de ti mientras te dejo ser tan libre como quieras, solo te pido algunas cosas y todas ellas tienen que ver con tu seguridad.

—Lo siento.

—No creo que realmente lo sientas, porque lo sigues haciendo. Te lo ruego, Yeseol, estamos en Jeju, el infeliz aquél sigue vivo, seguimos siendo vulnerables— toma mi rostro, me obliga a mirarlo— sabes que soy capaz de lo imposible, lo mataría si lo viese de nuevo—un nudo se instala en mi garganta—pero sabes qué me haría Kim si llegase a ese extremo.

—Sí, lo sé.

—Dilo.

Intento tragar, no puedo.

—Te mataría él a tí.

—Que no se te olvide, recuerda eso la próxima vez que te pongas en riesgo desobedeciendome.

Me suelta, con delicadeza, me aparta de la puerta y se va.