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𝟎𝟒𝟑

JUNGKOOK

Pensé en pedirle a Yeseol retirarse porque no quería que viese como actúan los Jeon. Sin embargo, observé a los ojos de mi padre y una mirada bastó para decirme que estaba bien, luego la miró y le sonrió, le abrió los brazos, queriendo abrazarla.

Sé muy bien que Yeseol está feliz porque mi padre le aprecia tanto, además, sé que el cariño de nuestra familia le subirá el ánimo.

Temo que entre de nuevo en una depresión grave por todo lo que ronda en su cabeza justo ahora, tuvo que procesar demasiada información. Acepta el abrazo, le sonríe tanto como puede a mi padre y él nota ese dejé de tristeza en sus ojos acuosos.

—Tuvo que ser difícil, pequeña Yess ¿Mm?— ella asiente, parpadeando— debió ser un infierno, no puedo imaginarlo del todo, pero te prometo que vamos a buscar soluciones, opiniones de profesionales y más.

—Está bien, no es...

—Es necesario. Tendrás a tu familia, no te angusties.— respiro hondo— Yo cumplo lo que prometo, así que dalo por hecho.—me observa de soslayo— Y tu hombre puede comprarte el mundo si se lo pides, de hecho, ya empezó a hacerlo.

Jeonghan a su lado me sonríe con malicia, ruedo los ojos, yo solo estoy cumpliendo mis promesas a Yeseol. Cada una de ellas.

Le prometí que tendría el poder entero de todo y todos para que ella pudiese tener la libertad que merece, estoy trabajando en ello.

Le prometí un perro... mañana consigo uno.

También le prometí nuestra propia familia, una boda, un anillo mucho más hermoso, una casa grande en lugar de un apartamento.

Quiero darle todo eso y más después de cumplir con lo primero. Eso es lo que nos va a asegurar un buen futuro.

Vuelvo a mis sentidos cuando me abraza a mí, me concentro en su rostro, sus ojos pequeños, su piel pálida y me doy cuenta de lo mucho que me he esforzado para que siempre esté así de perfecta, sin un rasguño, su piel es sensible, quiero que se mantenga hermosa, radiante y feliz. Es la primera vez que soy tan íntimo con ella frente a público, frente al cuerpo inconsciente de Kim.

Parpadeo.

—Ah, cierto— volteo hacia uno de los chicos— traigan sus medicamentos, no puede morir todavía.

Asiente.

—¿Qué hacemos con la señorita Jisoo?

—¿Qué pasa con ella?— Jeonghan me mira—¿Ya la mataste?

—No. Está dormida.

—Con un brazo roto— a veces olvido que Choi está un poco enamorado y se preocupa—¿Qué debemos hacer al respecto?

Ah...

—Bueno, llama al médico— le digo, suspira, veo su pecho, suelta todo el aire angustioso—no puede ponerse más grave, ya hemos prometido su mano al hijo de nuestro mayor inversor.

Vuelve a asentir, imperturbable, ojos apagados como siempre y desgane.

—Soy consciente, señor.

—Choi.

—Llamaré al médico.

Lo dejo irse, no tengo ganas de perturbarlo a él, veo como corre escaleras arriba y me resulta desalentador que él se sienta de esa manera hacia Jisoo cuando ella no hace más que usarlo.

Me vuelvo hacia mi familia, sonrío.

—¿Qué les parece el lugar?— pregunto—La casa es muy al estilo de Jeonghan.

—Supongo que la harás muy al estilo tuyo— sonrío, asintiendo— bueno y el viejito sigue dormido, debe despertar pronto, estamos perdiendo hombres allí afuera.

Este tonto no entiende.

—Cuñado— Yeseol ríe— el señor Kim no puede morir, pero si puede permanecer inconsciente unos días.

Papá toma asiento, Seokjin está mirándolo hace rato, sus ojos pasan de él a mí, no pudiendo creer el parecido.

—¿Por qué?

—Jeonghan. Cuando Kim no está en sus cabales, en sus sentidos— le explica— Jungkook está al mando.