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𝟎𝟓

ACTUALIDAD
JUNGKOOK

Me ausenté de la conversación durante breves segundos solo para responder al mensaje de Yeseol, una foto de ella empacando la última caja. Sonreí en mi interior.

—¿Es necesario tener a tantos hombres en Jeju?— escuché que uno preguntó.

—Lo es desde que se cambió de gobernador y gracias a eso el jefe pudo tomar más territorio en Jeju. Podría decirse que ese sitio es suyo.

Cuando el señor Kim, Kim Youngbae, me puso al tanto de aquello, me sentí un poco más tranquilo con el hecho de llevar a Yeseol de vuelta a ese lugar.

—¿Tu novia es de Jeju?

Esa pregunta es para mí, levanto la mirada, de repente siento que somos demasiados.

—¿Cómo lo sabes?

—Escuché a alguien mencionarlo en la base. Kang Yeseol.

—Jeon Yeseol.

—No sabía que estaban casados.

—No lo estamos, al menos no legalmente, pero mi apellido es suyo—por instinto, toco el anillo, que es más simbólico que otra cosa— es así como ella se presenta ante el resto.

—Entiendo...

Sonríe, como si la conversación acabase aquí.

—¿Quién estaba hablando sobre ella?

—Uno de los nuevos, dijo que estuvo aquí haciendo un trabajo contigo y entonces la vio.

—Necesito que te ocupes de Jisoo en lo que yo puedo viajar hasta Jeju. Tengo demasiados asuntos que atender aquí en la capital— me pide sentarme, me niego— si necesitas armamento, Seokjin está a cargo, todo lo que necesites, acude a él.

—Bien.

—No necesito que tengas demasiado contacto con el resto de mis hombres, estás a cargo de Jeju y en condiciones de dar órdenes, pero, no los mates por cualquier estupidez.

—Está bien, jefe.

Vuelve a señalar la silla, no puedo negarme otra vez, así que no me queda otra, él toma asiento frente a mí, saca una bolsa, me la entrega.

—Esa es tu paga adicional, lograste controlarte lo suficiente para traerme a Byeon todavía respirando.

—Usted dijo que no podía matarlo, solo cobrarle. Eso hice.

—Y no te pagó, pero obedeciste aún así. Puedes sugerirle a Yeseol que vuelva a los tatuajes.

Sonríe, me causa nostalgia que mencione aquello y asiento, Yeseol es una artista, es buenísima tatuadora, pero dejó de dar ese servicio hace tiempo, por ahora, solo hace mis tatuajes.

—Voy a sugerirle de nuevo que lo intente.

—¿Cómo está ella?

—Cansada de empacar.

—Pero aún así te sigue a dónde vayas—asiento, mi chica no me abandona— como bien sabes, en Jeju hay zonas, muy pocas, que no me pertenecen, Jungkook. No la dejes abandonar nuestros territorios seguros, allí no es como aquí.

—Lo sé, ella también es consciente. Pero también debo decir, señor, que nada me asegura que en cuanto se enteren de que Yeseol está allí, no van a mandar al carajo las reglas e irán por ella y si eso pasa...

—Jungkook, no.

—Si eso pasa, ya sabe cuáles son mis prioridades.

—Es solo una mujer, hay tantas en el mundo, hombre...

Quisiera poner el ejemplo de él perdiendo a Jisoo en múltiples ocasiones, pero sé que no lo va a entender.

—Si tuviera a una que lo ame, comprendería mi punto— me levanto—Yo empecé a vivir cuando conocí ese sentimiento y no lo pienso perder.

—Y yo no quiero perder a mi mejor cobrador.

—Bueno, eso no sucederá mientras yo todavía tenga a Yeseol. Cuando ella no esté...— chasqueé la lengua, negando—Nos vemos en Jeju, señor. Hasta entonces.

—Depender de la vida de otra persona es un grave error.

Inclino la cabeza y salgo.

Me gusta mi trabajo, lo disfruto, me brinda cierto tipo de placer, pero, Yeseol me gusta más y me brinda todos los tipos de placer existentes.

Cuidaré de ese tesoro hasta mi muerte.