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𝟎𝟒𝟎

JUNGKOOK

El lugar se ha sumido en un silencio ruidoso. O, tal vez, el ruido aquel está en mi cabeza, cuando siento que mi cuerpo empieza a picar, busco sentarme junto a Yeseol, todavía encarando a Youngbae.

Rasco mi entrecejo.

—Sé que, escribiste tu testamento, así que si no mueres a manos mías, la enfermedad te matará por mí, pero, mi punto es... no sé si lo que sientes por mí es aprecio, dado que dejaste escrito que yo tomaría el mando a pesar de ser un Jeon o solo-

—Todo lo que hice, lo hice para hacerte más fuerte— me interrumpe para decir esa mierda—sé que vas a quejarte de cada acción que no te pareció, pero todo eso no hizo más que ayudarte a crecer, eres el Jeon— está sudando, no sé si por miedo o por  su necesidad de drogarse, tal vez ambas—el Jeon más fuerte creció bajo las alas de Kim.

Me río y niego, esa mierda de que soy el más fuerte... que equivocado está, todos viven muy engañados respecto a mí.

—Soy fuerte, sí, es verdad— tampoco debo quitarme crédito— pero decir que soy el Jeon más fuerte... eso es exagerar.

—No digas locuras.

—Te lo juro, no me crees porque todavía no conoces a mi papá—arquea ambas cejas—te darás cuenta en un rato, nos ganas en dinero y territorio, pero en estrategia, calidad e inteligencia dejas mucho que desear, Kim.

Semanas atrás, hablé con Seokjin, quién había tenido una conversación con nuestro jefe aquí presente, Kim, le ordené decirme qué fue lo tratado y él no hesitó en contarmelo todo.

El mayor problema de Youngbae siempre ha sido Yeseol, cosa que no me sorprendió demasiado pues lleva años intentando deshacerse de ella a toda costa, había detenido sus movidas hasta hace poco que tuvo una nueva idea para joderme la existencia.

—Iba a decírtelo de todos modos, no quiero malditos problemas contigo o con Yeseol. La considero una amiga.

—Habla de una vez.

—Soy mayor que tú. Me pidió entregarle a Yess para enviarla lejos, nada muy planeado pero me eligió a mí porque hablo con ella y tengo su confianza, supongo que su idea era apartarlos, yo le dije que nah, que era mucho riesgo, entonces respondió que era una orden y ajá, que fuese precavido porque podrías enloquecer.

Solo para aclarar, sí, estoy loco y es de forma literal, mi psiquiatra lo ha dicho, todos lo saben, creo que el país entero puede darse cuenta de lo poco estable que soy. Por lo que no comprendo la necesidad de molestarme tanto si sabemos lo que pasará.

Veo a Yeseol abrazándose a ella misma, lo que me ocasiona nervios, como estaba de fiesta, pues trae vestido y debe tener un frío impresionante, pero, cómo es tan orgullosa no me va a pedir que me quite la chaqueta y se la dé.

Así que mientras Kim parece en su propia tortura porque no le traen sus drogas, yo me giro hacia ella.

—Ya, dime qué tienes frío.

Intenta no reírse.

—No tengo frío, tal vez un poco de sueño y hambre.

Me rasco el mentón, buscando como solucionar el problema del hambre porque dormir no puede. Entonces veo a Seokjin.

—Oye— suelta un quejido— tú cocinas.

—No, se me evapora el agua.

—¡Ya!— nos reímos, maldito idiota—Ve y prepara algo, supongo que Jisoo tiene algo más que agua en el refrigerador.

—Juro que no sé cocinar— hago ademán de levantarme—¡Ya voy! Carajo, que soy matón, no cheffsito.

Me vuelvo a Yeseol.

—Asunto resuelto, de nada, mi amor.

—Bien, pero tengo frío.

Esta mujer.