𝟑𝟒

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NARRADOR

Para Jungkook era irreal la apariencia del hombre con su mano incrustada a la pared, años atrás no daba un apice de miedo y ahora, pues era todo lo contrario, abrazó con más fuerza a Yeseol, preguntándose por qué no le mataba de una vez, ahí le tenía en una agonía nada persistente.

—Dije que nada de juegos— la apartó para mirarle a los ojos, sumergirse en ellos unos segundos— me encargué de Jisoo.

Encontró alivio en su mirada.

—¿Fue difícil?— negó— El bebé está con Taehyung, tu padre está allí también y actúa extraño, tiene una actitud-

—Está molesto con mis decisiones, no le hagas caso— murmuró, acunó su rostro con sus manos— no le agrada mucho que le haya dejado Jeju a alguien que no es un Jeon.

Estaba bastante lastimada, pero no importaba, no era el momento más prudente para besar sus heridas, pero si lo fuera, no se contendría, muchos le han dicho que es un problema que él tenga esa necesidad de perderse del resto del mundo solo viendo a Yeseol. Que no es bueno ni conveniente.

Y de hecho, no lo era, menos en las condiciones en las que se encontraban. Lo entendió cuándo todo ocurrió al mismo tiempo.

Kang encontró fuerza en su interior para deshacerse de su trampa, sacando la navaja que lo mantenía quieto y con su única mano libre junto a una puntería que nadie sabía que poseía, la lanzó directo a Yeseol, los reflejos de ambos fallaron, el filo un poco oxidado golpeó su espalda, dando al costado izquierdo pero muy cerca al centro, casi a su columna. Jungkook la vió perder el equilibrio y derretirse en sus brazos, quedando estático.

La mirada de Yeseol dejó de verlo a él, a Kang, no soltó un solo quejido, el mayor intentaba colocarse de pie, ella tomó su arma, sus brazos temblando, tenía que aprovechar que todavía poseía consciencia, era su culpa, tenía que haber disparado mucho antes de que él lograse algo. Pero pudo disparar ahora, eso hizo, impactó en su boca abierta por la risa, por las carcajadas burlonas. Cuando dejó de oírlas sintió paz.

—Y-Yess— Jungkook estaba aterrado, veía sus ojos cerrarse, Yeseol trató de negar e intentar decirle que estaba bien, que estaría bien— Yeseol. Sigue mirándome.

Podía escuchar su corazón, parecía querer salirse de su pecho, sus piernas picaban, seguro estaba perdiendo una buena cantidad de sangre, como no, el filo era grueso, pensó, mientras se reprochaba por su descuido. Pasaron los minutos y los ojos le pasaban.

Jungkook por su parte, reportaba la situación a Seokjin quien a su vez le decía que Namjoon estaba preparando todo para la demolición, aquella que era el final de la gran reunión y que acabaría con cualquier ser humano todavía vivo que siguiese en la casa.

—Mmm... al final si aprendí a disparar— Jungkook gruñó, sentándose en el suelo luego de quitarse el abrigo, pensando en cubrirla— no... no intentes sacarlo, sangraré más, tienes que calmarte.

—¡Ya sé que no debo hacer pero estoy putamente nervioso!

—Estoy bien, solo mareada por el olor de la sangre— también el dolor le tenía en ese estado, su aguante no era tan bueno como solía alardear— estamos bien, al menos tu estás intacto.

—No lo estoy— murmuraba, intentando conectar ideas para salir de allí rápido, no quería mover demasiado a Yeseol, él era tan brusco— me han disparado una vez.

—¿Dónde?

—Yess, esta charla no me distrae.

—¿Dónde?— repitió, haciéndole suspirar.

—La pierna. Me he tardado en llegar por eso.

Sonrió con ojos pequeños.

—No pasa nada, no eres inmortal— relamió sus labios— Yo apagué el micrófono un par de veces, me encontré con algunos hombres del filipino y... lograron lastimarme un poco... ellos usan cualquier cosa que no sea un arma de fuego para atacar, creen que se ven más letales.

Analizaba el panorama, no estaban ni remotamente cerca a ninguna salida de la casa.

—¿Puedes caminar?— la vio asentir— Vamos, hay que avanzar, salir de aquí lo antes posible o será peor.

—No creo que pueda ser muy rápida, amor...

—No importa, la puta bala en mi pierna tampoco me permite hacer proesas.

Se sonrieron para luego soltar risillas en medio de tanto silencio.

—¿Está muerto?

Jungkook se giró de nuevo al cuerpo cubierto en trapos feos y sangre.

—Lo está. Felicidades, tu mejor asesinato hasta ahora.

—Gracias...—intentó acurrucarse contra su pecho— Jungkook...

—¿Mmm?

—Nuestro bebé es el más bonito— le cuenta—no se parece en nada a Jisoo, es una ventaja, tenemos que comprar ese perro del que hablamos hace años.

—Claro, será su amigo fiel.

—¿Sabes cómo se llama?— negó— Bueno...

—Podemos nombrarlo nosotros.

—Si... quiero que sea como tú...

Jungkook no quería mentir, pero su cuerpo entero dolía horrores. Había pedido a Seokjin que continuasen con lo planeado, él buscaría la manera de salir.

Aunque no tuviese fuerzas.

—Nena...

—¿Mm?

Mordió su labio.

—No... no creo que pueda levantarme de aquí ahora que me he sentado.

El cuerpo de Yeseol se sacudió por la risa inesperada, le abrazó más fuerte.

—Entonces, quedémonos aquí.

—Entonces, quedémonos aquí

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LOCO❝jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora