𝟑𝟑

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NARRADOR

Al distraerse con Jungkook gritándole en los oídos, se descuidó y el hombre saltó sobre ella, logrando tirarla al suelo, él quedó encima suyo, sosteniendo sus muñecas contra el suelo, provocándole arcadas a Yeseol por lo mal que olía y como su rostro estaba tan cerca un momento, para después, alejarse al siguiente, soltar una de sus manos y golpearle el rostro. Yeseol se dio cuenta de que a pesar de su estado descuidado, todavía poseía fuerza.

Levantó una de sus piernas, alcanzando a golpearle y logrando que el agarre se hiciera débil, así, lo apartó, propinandole otro golpe en uno de sus costados que le hizo gemir de dolor, era la primera vez que Yeseol escuchaba un quejido de aquellos salir de la boca de su padre, sus oídos lo disfrutaron y por eso cuando se levantó, se dedicó a golpearle, patada tras patada, los quejidos aumentaban y eso la motivó a seguir torturandole.

—De parte de Yoongi— golpeó con más fuerza, Kang se abrazaba a sí mismo— ¿Recuerdas... cuando casi le matas?

No pudo seguir, tomó su pie, enredó ambas manos en su tobillo y ejerció presión, causándole mucho dolor, trató de safarse en vano pues su espalda volvió a tocar el suelo y él regresó a la primera posición, sobre ella, casi estaba sentado en su abdomen, sus puños eran su arma y comenzó a hacer uso de ellos golpeando sus mejillas con fuerza, uno de esos golpes le dió casi en la sien, atontandola un poco, tardó en espabilar, pero cuando lo logró, sacó el arma de su cinturón y sin poder apuntar muy bien, consiguió que la primera bala impactase en su hombro, haciéndolo irse hacia atrás envuelto en gritos de dolor. Jadeó sentándose.

Tal vez no era tan buena en combate cuerpo a cuerpo. Tal vez todavía sentía miedo de papá y eso la contenía un poco.

Mientras Kang se arrastraba tocando su hombro, de sus desgastadas ropas salió una navaja, Yeseol bufó, su rostro seguramente arruinado, se colocó en ambas rodillas y después gateó hasta alcanzar el punzante artefacto, haciendo bufar a Kang quién todavía tenía fuerza, pero le faltaba mucha técnica.

—¿Qué... te costaba?— intentaba respirar bien— ¿Tratarnos bien era muy difícil?

No quería darle el placer de verla llorar, a él seguro le hacía gracia que a estas alturas Yeseol siguiese lamentando no tener una figura paterna como la que tanto anheló y que Kang jamás se interesó en siquiera aparentar.

No era tan fuerte como le había prometido al resto que sería si volvía a verlo, era vergonzoso, ella estaba segura de que no le afectaría y que solo querría matarle de una vez. No era así, para nada.

Gritó, molesta con el mundo, enterró el filo en uno de sus pies descalzos y saboreó con amargura la agonía del mayor, si tuviese al menos un cigarro cerca, le quemaría la piel de los brazos de la misma manera en la que él lo hacía con ella estando más pequeña. Cuando la encerraba en ese cuarto para torturarla y le repetía riendo que sus gritos eran sus favoritos y que su llanto música para sus oídos.

Cuando traía varitas de metal y las calentaba con un simple encendedor para quemarle las piernas o cuando la tocó porque le recordaba a su madre. Lo estaba lastimando como alguna vez hizo con ella y aún así Kang sonreía en medio del dolor.

—Yess. Amor.

Gotas de lágrimas gruesas caían en sus hinchadas y rojas mejillas, Kang intentó sacar ventaja de aquello y atacarle, pero Yeseol fue más rápida, desencajó el cuchillo del pie y traspasó la palma de la mano de Kang, pegándole a la pared. Aquel movimiento rápido fue producto de sus reflejos e improvisado, le quitó el aire.

—Yeseol— escuchó detrás, era Jungkook tratando de no perder la calma, la poca que le quedaba— ¿Yess?

Tampoco quería seguir, así que, como las niñas pequeñas, corrió a buscar refugio y lo encontró en el pecho de su pareja. Escuchó como suspiraba.

Por su parte, Jungkook solo vio la mano encrustada en la pared junto a la desesperación del ahors anciano, trató de darle consuelo a Yeseol. Sabía que algo así pasaría.

—Te dije que te quedarás fuera de esto...—reprochó, ella solo le abrazó más fuerte.

Jungkook cerró los ojos, buscando paz en el aroma del cabello de Yeseol.


Jungkook cerró los ojos, buscando paz en el aroma del cabello de Yeseol

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