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𝟎𝟏𝟕

JUNGKOOK

—Mira el lado bueno de esto, Jungkook.

Observo el reloj en mi muñeca y luego a Seokjin quien me habla, esperando que me diga su disparate.

—¿Y cuál es ese lado?

—Pues, contigo haciendo todo el trabajo del jefe, acumulas experiencia para cuando heredes toda su fortuna y a todos nosotros.

Debo blanquear los ojos y escuchar la risilla del nuevo a nuestro lado, intenta mantenerse imperturbable después.

—Nunca espero nada certero salir de tu boca— es mi respuesta, riendo— todo este imperio es para Jisoo, lo sabes. Yo solo soy un servidor.

—El hijo que Kim Youngbae nunca tuvo.

—Seokjin.

—Eso es lo que él ha dicho, sus palabras, no las mías.

—Un consejo gratis, para los dos— decido hablar antes de olvidarlo— no confíen en ese hombre, nada de lo que dice es verdad.

Vemos a quien esperamos, acercarse junto al hombre que supongo es quién llevaré conmigo. Más asesinos para entrenar, qué alegría.

Llega frente a nosotros, no saluda, solo pregunta lo que le interesa.

—¿Por qué Youngbae no ha venido a recibirme como acordamos?

—Está viajando. Trabajo.

—¿Y usted es?

—Jeon— su rostro es otro, sonrío a mis adentros, se ve más precavido— un placer conocer a un socio de su altura.

Bufa.

—Creo que ya nos conocíamos. Te ví en el funeral de mi hermano, ahora que lo recuerdo.

—Si... mi memoria no me falla, esa fue la primera advertencia— yo me río, él, por supuesto, no lo encuentra muy gracioso, yo me llevo el crédito por el asesinato del nombrado hermano— pero a pesar de lo sucedido, aquí estamos— señalo al chico— ¿Quién es el desafortunado?

—No te recordaba tan radiante— me lo dicen mucho— él es Jimin, es el hombre que le prometí a Youngbae y que quedará bajo su cargo.

Niego.

—Suyo no, mío— rectifico— me encargaré de entrenarlo y vigilarlo muy bien, si va a servir a mi jefe, debo aprobarlo primero, enseñarle todo lo que tiene que saber— volteo a ver a Seokjin— revísalo y llévalo al auto. Jae irá contigo y esperen por mi allí.

—¿Seguro?— me pregunta Jae.

Parpadeo.

—Si, vete.

Obedecen, llevándose al chico que no pronuncia palabra y solo obedece sin más, no se despide de su ahora antiguo jefe. Se va sin mirar atrás.

—Entonces— lo escucho, camino a su lado mientras hablamos—no sabía que era cierto aquél rumor esparcido entre los socios de Youngbae.

—¿Puedo preguntar cuál es ese rumor?

—De él dejando sus obligaciones en manos de otros. Supongo que debe estar preparando a su hija para el cargo.— asiento.

—Eso tengo entendido.

—¿Cómo está la señorita Jisoo? A su edad, la veía ya casada, formando una familia.

Eso es lo que esperan todos.

—Su padre todavía no encuentra a un buen candidato. Recuerde que en este sistema, el padre escoge al yerno.

Nos detenemos.

—Tal vez ya lo encontró y este se negó.

Levanto mis cejas, entiendo.

—Sé que es lo que busca decir. No soy el hombre que se casará con la hija de Youngbae.

—Una pena. Estoy curioso por saber la razón, incluso si no es de mi incumbencia.

—Y yo estoy seguro de que ya lo sabe, pero voy a repetirselo solo por no ser descortés— cruza sus brazos— no es oficial, pero yo lo tomo como tal, llevo años viviendo como un hombre casado. Ya tengo a alguien a mi lado.

No dice nada durante un rato, luego, me hace una invitación y da un dato.

—Daremos una celebración el próximo viernes en el sur de la isla. Estás invitado y puedes llevar a la mujer que parece que amas.— vaya— Y, respecto a Jimin. Él es un chico de confianza, es el más fiel de mis hombres.