Capitulo 4

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Me crucé de brazos y me senté en uno de los sillones. Miré al suelo y sentí los ojos de Gavi sobre mi persona, así que levanté la cabeza y lo enfrenté con la mirada.

- Así que ahora somos niñeros por tu culpa -dijo
- No sois nada, Matt conoció a Pedri hace tiempo y le cayó bien, ahora siempre quiere verlo y a Pedri le parece bien, si no quieres pues te vas
- Resulta que estoy en mi casa
- Y resulta que hay más habitaciones
- Resulta que sigue siendo mi casa y yo decido donde estar
- Pues hazme un favor y vete a la mierda

Gavi se levantó poniéndose en frente de mí, por lo que tuve que levantar algo la cabeza para verlo a los ojos ya que seguía sentada. Bajó su cuerpo y apoyó las manos en los reposabrazos del sillón, impidiéndome que pudiese levantarme para escapar de él.

- Deberías lavarte esa boca tan bonita que tienes con jabón -dijo

Puse los ojos en blanco y me crucé de brazos. Vi su mirada bajar a mi camiseta, justo al lugar donde mis pechos se habían levantado al poner los brazos debajo y dejaban a la vista el escote.

- Tengo la cara arriba -dije

Levantó la mirada para decirme algo, pero justo escuchamos las risas de Matt y Pedri acercarse por el pasillo. Gavi se apartó y me levanté, sonriendo forzadamente cuando entraron por la puerta.

- ¡Lara! -gritó Matt acercándose a mi- ¡tienen un montón de coches!
- ¿Sii? -sonreí
- ¡¡Si!! De muchos colores. Tienes que decirles que te regalen uno
- No pueden matti -reí
- ¿Por qué? Tu dijiste que tenían más dinero que tú, seguro que pueden comprarse más
- Si, pero esos son suyos

Matt entrecerró los ojos no muy convencido mientras Pedri intentaba esconder una risa de manera no muy disimulada. Miré la hora y ya casi eran cerca de la 13, así que fui hasta la cocina para mirar el horno, al que le quedaban 5 minutos para estar listas las galletas.

- ¿Ya están las galletas?

Matt se acercó al borde de la encimera pero debido a su pequeño tamaño apenas se veían sus ojos por encima, así que me agache y lo cogí en brazos para que pudiese ver el horno con las esponjosas galletas en su interior.

- Todavía les quedan unos minutos -dije
- ¿Puedo jugar con Gavi un poco entonces? -preguntó

Levanté una ceja y lo pensé durante unos segundos, pero la adorable cara del niño que tenía en mis brazos no ayudaba. Asentí con la cabeza y lo bajé al suelo, supongo que podría jugar un poco más, además, así que se joda Gavi y haga de niñero. Matt corrió enseguida hacia el salón, chocándose casi con Pedri que entraba en la cocina.

- ¿A dónde va? -preguntó riendo
- A jugar con Gavi -puse los ojos en blanco
- Parece que se han llevado bien
- Pues no sé porqué, si Gavi es un pedazo de energúmeno que seguro que no sabe ni cómo tratar a un niño
- Pues ya le gusta más que tú -rió

Se llevó una mala cara de mi parte, lo que le hizo sonreír de nuevo.

- Te odio -dije
- Me adoras

Se acercó a mí y agachó la cabeza viendo el cristal del horno que tenía al lado.

- Tienen buena pinta
- Pues claro, las he hecho yo
- No parece que tengas mucha arte culinaria -rió
- Pedri te estás ganando una torta hoy
- Es broma boba

Lo volví a mirar con cara de odio y se acercó a mí abrazándome por la cintura, dejándome entre su cuerpo y la encimera que había detrás. Apoyé la barbilla en su hombro y me acarició la espalda con cariño, haciendo que cerrase los ojos del cansancio.

- Que sueño tengo -susurré
- Si apenas has madrugado -rió
- Perdona, pero me he levantado a las 9
- Eso sigue sin ser madrugar -rió

Lo aparté por los hombros mirándolo con los ojos entrecerrados. Se acercó de nuevo, agarrando mis mejillas entre sus manos y las apretó sonriendo.

- Pero que mona eres cuando te enfadas -sonrió

Iba a contestarle, pero una voz nos interrumpió.

- ¿Qué hacéis?

Pedri se giró y yo miré por un lado al Gavi que nos observaba desde la puerta, llevando de su mano al pequeño Matt.

- Nada -dije

Justo en ese momento sonó la alarma del horno y Matt corrió sonriendo hacia donde estábamos. Pedri lo cogió en brazos mientras yo sacaba las galletas para que no se metiese por el medio y acabáramos con todo por el suelo.

- ¡BIEEN! -gritó Matt

Las puse en un plato y las dejé sobre la mesa mientras los tres se sentaban alrededor. Matt fue el primero en coger una, pero la soltó rápido al quemarse los dedos.

- Cuidado Matt, que acaban de salir del horno -dijo Pedri
- No creo que lo que más daño le haga sea el calor -habló Gavi
- Que idiota eres -dije
- Idiota -rió Matt

Gavi lo miró riendo y yo deseé matarlo. Le soplé la galleta a Matt y se la di, quien la mordió con desespero y se la acabó en segundos.

Pedri probó la primera y no supe interpretar su cara de sorpresa como un halago o como un insulto. Gavi se quedó observando la suya con detenimiento.

- No está envenenada, por desgracia no tenía -dije
- Que graciosa

Probó la galleta y se quedó en silencio mientras masticaba. Lo miré con inquietud y su silencio empezó a ponerme de los nervios.

- Bueno, veneno no tiene, pero podrían estar mejor -dijo

Puse los ojos en blanco. Por lo menos no había dicho nada obsceno, había sido incluso uno de sus mejores aportaciones hacia mi.

Unos minutos después tuve que quitarle el plato a Matt porque ya iba por la cuarta y podía hacerle daño en el estómago. Casi se pone a gritar, pero Pedri y Gavi empezaron a hablarle de fútbol y se le olvidaron las galletas. El resto se las dejé a los chicos en la encimera.

- Matti tenemos que irnos -dije
- ¡No!
- Tu mamá te viene a buscar en un rato
- ¡Yo quiero comer aquí!
- No podemos, los chicos tienen que cosas que hacer
- ¡No!
- Venga pequeño, hazle caso a Lara. Otro día vuelves y jugamos otra vez ¿vale? -sonrió Gavi
- ¿Seguro?
- Cuando quieras le dices a Lara y vienes
- Vale -asintió Matt

Lo bajé de la silla y lo dejé en el suelo. Fuimos los 4 hasta el vestíbulo y cogimos nuestras cazadoras, Pedri ayudó a ponerse el suyo a Matt.

- Ya nos veremos enano -le dijo
- ¡Si! La próxima vez no perderé
- Seguro -sonrió Gavi

Me despedí de ellos con un gesto de mi mano, no era muy cómodo darle un abrazo a uno y a otro no. Cogí la mano de Matt y salimos de la casa, caminando hasta la parada del bus.

Llegamos a casa a las 14:15 y papá ya había hecho de comer. Matt se tiró a abrazarlo en cuanto lo vio y papá lo giró en el aire sacándole unas carcajadas.

Comimos los tres mientras Matt le contaba a papá lo bien que se lo había pasado jugando con Pedri y Gavi, lo cual le extrañó ya que es consciente de mi horrible relación con el segundo, pero no dijo nada sobre ello.

Después de comer recogí todo mientras papá se llevaba a Matt con él para jugar.

A las 4 llegó la señora Carrington, que después de pagarme y darme las gracias se llevó con ella a su hijo que me abrazó con sus pequeños bracitos.

Cerré la puerta y papá me miró desde la sala extrañado.

- Suéltalo -dije sentándome en el sofá
- ¿Porque has llevado a Matt a casa del chico que odias? -preguntó
- Porque Matt desde que conoció a Pedri y Ferran siempre me pide verlos, y como Sira no me cogió el teléfono tuve que recurrir al otro, que vive con Gavi
- Ah, bueno -rió- Pues parece que a él también le cae bien Gavi
- Ya estamos
- Vale vale

Levantó las manos en señal de derrota y nos acomodamos en el sofá para ver una serie. Justo cuando comenzaba, una llamada de Sira interrumpió el inicio.

The Way I Loved You - GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora