Capítulo 1

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-NARRA LARA-

- ¡Papá! ¡Me voy! -grité bajando corriendo las escaleras
- ¡Vale cariño! Te espero para comer
- ¡Vale! ¡Hasta luego!

Salí corriendo de casa con la mochila en mi hombro. Llegaba tarde a la parada del bus y tenía clase a las 9 en punto, si no lo cogía tendría que ir en el siguiente y me perdería la primera clase. Tampoco era un suplicio no ir, obviamente, pero llevábamos dos semanas de uni y no quería empezar a faltar ya. Estaba en segundo de carrera, haciendo veterinaria, y de vez en cuando (aunque raras veces) la asistencia a clases ayudaba a la hora de los finales.

Llegué de milagro a subirme en el bus y en 10 minutos ya estaba bajando en la parada que me dejaba en frente de la facultad. Eran las 9:05 cuando entré en clase y me senté donde siempre, al lado de mi amiga Maddie.

- ¿Qué planes tienes para hoy? -preguntó
- Lo de todos los viernes, cena con papá y tragarme una temporada de alguna serie

En el momento en que eso salió de mi boca mi teléfono vibró. Bajé la mirada viendo la pantalla y vi 3 mensajes de Sira.

- ¿Es Sira? -preguntó Maddie
- Si

Justo cuando iba a abrirlos, escuchamos la voz del profesor. Dejé el móvil en la mochila y me centré en la clase, ya tendría tiempo de responderle cuando saliese.

Sira era mi amiga desde hacía 5 años, nos conocimos cuando mi padre decidió que meterme en hípica iba a derribar mis deseos e insistencias de tener un perro. Spoiler: no funcionó. De hecho, fue peor, porque además de seguir queriendo un perro, le obligué a jurarme que jamás me sacaría de la hípica a menos que lo requiriese por fuerzas mayores. Gracias a dios que mi padre ganaba un buen sueldo en la ciudad para que yo pudiese permitirme ir a la universidad y a hípica, sino habría sido muy diferente.

A lo que iba, conocí ahí a Sira y nos hicimos muy amigas. Mi sorpresa fue cuando descubrí que era la hija de Luis Enrique, el actual entrenador del barça, aunque por aquellos tiempos no lo era. Desde el primer día que la conocí me invitó a su casa, a pasar tiempo con su familia, y la verdad es que nunca había conocido a unos ricos tan amables, aunque tampoco es que conociese a muchos más.

Hoy en día Sira sale con Ferran, uno de los chicos del equipo de Luis Enrique, y la verdad que me parece un chico genial que le hacía muy bien a mi amiga. El resto de sus amigos también me caen genial, menos uno, él es la definición contraria de todos los pensamientos buenos que se me pasan por la cabeza. Me irrita, me hace enfadar, me provoca y hace que mi cuerpo y mi mente reaccionen de la peor manera cuando lo tengo delante. Pablo Gavi, el actual estrella del barça y el jugador por el que todas pierden las bragas, si ellas supieran.

Desde el día que los conocí hace un año, Gavi no ha dejado de molestarme de una manera u otra. Siempre encontraba algo con lo que meterse conmigo, y yo ni de broma me quedo callada, así que siempre acabábamos en medio de gritos e insultos que los demás tenían que parar llevándose a uno. No los culpaba cuando decidieron que lo mejor era ir intercalando para quedar conmigo o con él.

Después de 3 horas de clase, Maddie y yo nos despedimos y esta vez decidí volver andando. Todavía no llovía demasiado y me apetecía ir con música hasta casa. Llevaba 5 minutos andando cuando mi canción se vio interrumpida por una llamada: Sira.

Desconecté los cascos y descolgué la llama acercando el teléfono a mi oreja.

- ¿!Por qué no me has respondido?!

Tuve que alejar algo el aparato de mi oreja para que su grito no me dejase sorda.

- Sira, estaba en clase
- Has salido hace 10 minutos
- ¡Estoy volviendo a casa!
- ¡Podías haber respondido mientras caminas! ¿Y si me estaba muriendo?

The Way I Loved You - GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora