Capítulo 89

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-NARRA LARA-
La vida da muchas vueltas, demasiadas. Tantas, que hace diez años estaba mudándome a Barcelona sola con mi padre para empezar una nueva vida, sin saber que años más tarde encontraría al amor de mi vida y que tendría que alejarme de él para ir a por mi sueño.

Se supone que tendría que ser fácil, para cualquiera lo sería. Siempre tiene que importarte más tu vida que la de otro, tu futuro, eso es lo que siempre me había repetido mi padre, que no puedes dejar atrás lo que deseas por alguien más. El problema es cuando también quieres a esa persona tanto, que dejarías todo por ella.

No quería irme, había estado un mes en una completa nube, y ahora en tres horas tenía que estar subiendo a un avión para alejarme cientos de kilómetros de mi familia, amigos y novio. No había querido aceptarlo hasta ahora.

Ni siquiera me había atrevido a hablar con Gavi aún. Desde que nos habíamos despertado, me llevó a mi casa para recoger las cosas, acompañados de Pedri y Alba. Se habían quedado en el sofá jugando con Lucas, y yo mientras repasando que no se me quedase nada atrás. Sira nos encontraría en el aeropuerto.

- Cariño -dijo papá

Me giré hacia la puerta antes de meter una última blusa en la maleta. Me miró triste, sabía que papá odiaba que me fuese, pero que odiaría más que me hubiese quedado. Estaba orgulloso de mí, no podía ocultarlo, y por mucho que dijese yo sabía que él quería que fuese a Francia.

- ¿Tienes todo? -preguntó- hay que irse en nada
- Sí, ya casi he acabado
- Vale, estamos fuera

Asentí y salió de la habitación, dejándome otra vez sola. Miré alrededor, tenía un montón de cuadros y fotos. Con Gavi, con los chicos, con Sira. Únicamente había metido dos en la maleta porque no me cabía nada más, uno con Pablo, y otro con todos los chicos.

Cerré la maleta por fin, con todo listo. Cogí la mochila y la chaqueta y me puse frente a la puerta. Respiré hondo antes de salir, no podía llorar antes de tiempo, y después fui hasta el salón donde estaban todos.

Cuando escucharon las ruedas de mi maleta acercarse, se levantaron a toda prisa.

- ¿Lista? -preguntó Gavi

Asentí despacio, dejando que cogiese mi maleta y dándole una sonrisa de agradecimiento.

- Vámonos entonces -dijo Pedri
- ¿Hace falta que lleve mi coche? -preguntó papá
- No, no se preocupe -dijo Gavi- Pedri ha traído el suyo, podéis ir en el que queráis

Papá asintió y salimos todos de casa. Él y Lucas fueron en el coche de Pedri, como si todos esperasen que hablase con Gavi. Lo cierto es que no podía, no hasta que tuviese que cruzar el control, y aún así me tenía que ni ahí podría hablar.

No dijimos nada durante el camino. Pablo únicamente dejó su mano sobre mi pierna, acariciándola con cariño hasta que llegamos al aeropuerto. Agradecí mucho que me diese ese momento de calma, que no me obligase a hablarle aún.

Entramos por nuestra terminal y caminé hasta donde indicaba mi puerta de embarque. En cuanto escuchamos la llamada a través de los altavoces, supe que era la hora. Tenía que despedirme de las personas que más quería. Y Sira no había llegado.

- ¡Esperad!

Falsa alarma. Ahí estaba. Se acercó corriendo, casi sin aire, y le dio su bolso a Gavi para que lo sujetase mientras ella se tocaba el pecho.

- Dios -suspiró- casi no llego

En cuanto se relajó, me miró con una sonrisa tan triste y bonita a la vez, que no aguanté más. Me tiré a sus brazos, a los que habían sido mi refugio durante años. Era mi mejor amiga, lo había sido desde que nos conocimos, y nunca habíamos estado tanto tiempo separadas. Sira era una de las partes más importantes de mi vida, y no tenerla cerca sería muy difícil de soportar.

The Way I Loved You - GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora