Capitulo 25

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Ya habían pasado dos horas y empezaba a aburrirme de la fiesta. La mayoría estaban borrachos, Pedri entre ellos, y no tenía otra cosa que hacer que ver como bailaban, o lo intentaban al menos.

Aurora se había ido hace un rato con su novio y Sira estaba igual que el resto. El único que parecía normal era Gavi, pero me negaba a conversar con él.

Me acerqué a Pedri y le toqué el hombro. Se giró mirándome, con las mejillas rojas y los ojos brillantes.

- ¿Podemos irnos? -pregunté
- ¿Ahora? Aún es pronto, vamos a bailar -rió
- No Pedri, estás borracho, vamos a casa

Lo agarré de la mano, pero hizo un movimiento brusco y se soltó.

- Por favor Pedro, quiero irme a casa -dije
- Aún no quiero, que te lleve Gavi que es igual de aburrido que tú

Sus palabras me abofetearon. Nunca me había hablado así, y me enfadó muchísimo que lo hiciese por el alcohol.

- Vámonos ahora mismo

Lo cogí del brazo, pero se movió y tropecé con alguien que estaba detrás, cayéndome al suelo y doblándome un tobillo por los tacones.

- ¡Joder! -grité

Me agarré el pie y Pedri se agachó como pudo.

- Dios lo siento, lo siento muchísimo Lara

Un cuerpo se agachó a su lado. Levanté la cabeza viendo a Gavi, que agarró mi pierna con su mano y enseguida su calor me subió por el cuerpo.

- ¿Te duele? -preguntó

Asentí, y llamó a un chico que no conocía que se acercó a nosotros.

- Lleva a Pedri a casa, la llevo a urgencias -dijo
- ¿Qué? No, voy con ella -dijo Pedri
- No, te vas a dormir, estás borracho y por tu culpa Lara está así -dijo Gavi

Vi la mirada de Pedri y me dio mucha pena ver la culpabilidad en sus ojos.

- Vete a casa, estaré bien -dije

Pedri asintió y dejó que el otro chico se lo llevase no sin antes dejar un beso en mi cabeza. Con suerte no se me cayó encima.

- Tampoco tenías que ser tan bruto -dije
- ¿Querías que se fuera a casa? Pues esa era la manera

Me cogió en brazos y mi corazón empezó a aumentar sus latidos cuando mi cara y la suya estuvieron cerca. Pasé los brazos por su cuello y sentí su olor. Respiré hondo para relajarme.

Me llevó hasta su coche y me dejó en el asiento de atrás para que pudiera estirar la pierna. Arrancó y me llevó a urgencias.

- ¿Te duele mucho? -preguntó
- Un poco
- Seguro que es un esguince, si no os pusieseis esos tacones
- Como si no os gustaran

Lo miré a través del retrovisor y aparté la vista nerviosa cuando vi asomar su sonrisa.

Llegamos y volvió a cogerme en brazos para llevarme dentro. Me pusieron en una camilla y me llevaron a una sala donde me miraron el pie. Gavi no se había separado en ningún momento. Me dolía al moverlo, y casi grito cuando me apretaron el tobillo.

- Bien -dijo el médico- es un pequeño esguince, en dos semanas con reposo estará como nuevo
- ¿Nada más? -preguntó Gavi
- No
- ¿Seguro? ¿Le ha hecho todas las pruebas?

El médico lo miró con una ceja levantada, sintiéndose juzgado por un niño de 18 años que probablemente no tenía ni idea de nada.

- Gavi -dije- ya está, ha hecho todo lo necesario
- Es su novio muy protector señorita
- Oh no, no es...
- Me preocupo por ella -dijo Gavi
- Tranquilo, sé hacer mi trabajo

The Way I Loved You - GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora