-NARRA GAVI-
El 12 de febrero de 2034 fue el día más feliz de mi vida, superando incluso el día en que me casé. Esa mañana, Lara rompió aguas y a las 20:20 de la tarde nació nuestro primer hijo, Noah. Pesó 3,4kg y nada más verlo mi vida cambió para siempre.En cuanto salió, lo dejaron sobre el pecho de Lara cuando se aseguraron de que respiraba. Los ojos se me llenaron de lágrimas cuando vi a mi hijo sobre mi mujer, a las dos personas que más quería en este mundo, dueñas de mi vida.
Me acerqué a ellos y acaricié el pelo de Lara. Giró la cabeza mirándome con una sonrisa enorme y las mejillas empapadas por el llanto. Observé a la pequeña persona que tenía en brazos, todavía sucio, con apenas minutos de vida. Las lágrimas cayeron solas por mis mejillas, sentí de repente un calor en el pecho y un amor tan grande hacia ese bebé, que sabía que a partir de hoy viviría por y para él. Ya era una realidad, ya éramos padres.
- Te amo muchísimo -miré a mi mujer- te amo tanto por esto. Lo has hecho de maravilla amor, os amo
Besé la frente de Lara y le quitaron al bebé de encima para llevarlo a lavar. Me quedé con ella en la habitación, acariciando su cabeza mientras ella se iba durmiendo poco a poco sobre la camilla. Había sido un parto bastante largo, ya nos habían avisado de esa posibilidad al ser primeriza, pero no entendía cómo había aguantado tanto dolor durante tanto tiempo. Lo había hecho genial, y yo no me había apartado ni un solo segundo de su lado, ni cuando casi me arranca la mano mientras empujaba.
Las enfermeras volvieron con nuestro hijo poco después, y Lara se despertó automáticamente, como si lo hubiese sentido. Se lo dejaron de nuevo en brazos, y vi por primera vez como le daba el pecho. Nunca imaginé que un acto tan normal, me pareciese de repente tan bonito.
Cuando terminó, me miró con una sonrisa cansada.
- Cógelo -dijo
Acerqué mi dedo a su diminuta mano, acariciándola. Lo cogí en brazos y mi corazón latió con más fuerza que nunca, admiré su cara, sus manitos, todo de él. Era tan bonito, nunca pensé que un recién nacido me pareciese tan precioso, pero mi hijo lo era, era el bebé más bonito del mundo. Llevaba un gorrito amarillo y un body del mismo color con un osito en el centro. Aún tenía los ojos cerrados y movía sus manitas y sus pies como a cámara lenta.
- Hola Noah -sonreí- soy papi
Me senté en el sofá con él encima. No podía dejar de mirarlo, era adictivo. Solo cuando el sueño empezó a poder conmigo después de unos minutos, me levanté a dejarlo de nuevo sobre su cuna al lado de su madre.
Me acerqué a mi mujer y le di un beso en la frente. Estaba completamente dormida, ni siquiera sabía cómo había aguantado tanto despierta y todo el dolor. Era una mujer increíble y me había dado lo mejor de mi vida.
Volví al sofá y me tumbé, dejando que el sueño de las horas que había estado sin dormir me atrapase.
A la mañana siguiente, nuestras familias y amigos llenaron la habitación. Les había pedido con amabilidad el día anterior que viniesen cuando Lara estuviese descansada, lo último que necesitaba mi mujer era acabar de parir después de horas y horas y que esto se llenase de gente. Todos lo entendieron, y a las 10 de la mañana ya estaban aquí.
Fueron entrando poco a poco. Primero se acercaron a Lara para preguntarle cómo estaba (lo que agradecí mucho) y poco a poco fueron conociendo al bebé.
- Dios mío, qué bonito es -dijo mi madre- cariño es igual que tú -sonrió
- Mamá acaba de nacer -reí- no se parece a nadie
- Oh sí se parece -dijo papá
- Que cosa más adorable por favor, me muero de amor -dijo Aurora
- Esperemos que no se parezca en ser un completo traste -rió mi madre
- Por favor no -sonrió Lara
ESTÁS LEYENDO
The Way I Loved You - Gavi
FanfictionLara tiene 19 años y hace 10 que se mudó a Barcelona. Cuando llegó con su padre recién divorciado, se instalaron en la ciudad en un pequeño piso en el centro y su vida cambió por completo. Pasó de vivir con sus dos padres y su hermano en Galicia, a...